Andrea Riccardi afirma que la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco “abre un horizonte de esperanza” después del Covid

Andrea Riccardi, fundador de Sant'Egidio

Andrea Riccardi, historiador y fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, ha sido uno de los ponentes en la conferencia que ha tenido lugar en el Vaticano ayer, 4 de octubre, sobre la tercera encíclica del papa Francisco, ‘Fratelli Tutti’.



“A la luz de la mirada fraterna de un mundo global, realista y visionario, propuesta por la encíclica, es posible comprender el drama de la guerra —cercana o lejana— con su carga de sufrimiento: destrucción del medio ambiente humano y natural, muerte, refugiados, herencia de dolor y odio, terrorismo, armas de todo tipo, crueldad…”, ha dicho Riccardi, quien ha subrayado que, ante esto esto, “las palabras del Papa nos despiertan del entumecimiento colectivo generado por la lógica del conflicto”.

“La guerra nunca queda contenida”, ha continuado Riccardi, “sino que se convierte en la madre de todas las formas de pobreza”. Es, de hecho, una “escuela malvada para los jóvenes y contamina el futuro”. Además, el historiador ha subrayado que “la guerra ‘en pedazos’ muestra la arrogante fragmentación del mundo global, que considera un delirio —dice el Papa— los proyectos con grandes objetivos de desarrollo para la humanidad”.

Una paz posible

Asimismo, Riccardi ha advertido que el mundo global rechaza un “gran sueño de paz” debido a la “arrogancia de los intereses subyacentes que lo mueven”. Pero, a su vez, el profesor ha señalado que ‘Hermanos Todos’ “muestra que todo las personas somos guardianes de la paz”. Más allá de las instituciones, “la gente común” no puede permanecer “como espectadora”. “La artesanía de la paz es tarea de todos: hay que atreverse más contra la guerra con una rebelión diaria y creativa. Si muchos pueden hacer la guerra, todos pueden trabajar como artesanos de la paz”, ha subrayado.



Precisamente en este punto está, para Riccardi, el papel de las religiones. “El Papa se refiere al diálogo entre las religiones y al encuentro con el Imán Al-Tayyeb cuando declararon: ‘Las religiones nunca incitan a la guerra…'”, ya que, si lo hacen, “se debe a desviaciones y abusos”.

“Al leer ‘Hermanos Todos’, no solo he captado la denuncia de la guerra, sino la esperanza de que la paz es posible”, ha dicho. De hecho, ha señalado que la encíclica le ha hecho recordar “la invitación de Juan Pablo II cuando dijo, en un brillante día en Asís en 1986, junto con otros líderes religiosos: ‘La paz espera a sus profetas… a sus creadores… es una obra abierta a todos, no sólo a los especialistas, sabios y estrategas: pasa a través de mil pequeños actos de la vida cotidiana’”.

“El Papa Francisco propone verdaderos sueños a un mundo global que ha apagado los faros de las grandes palabras y los grandes ideales”, ha subrayado. “Incluso después de las sombras oscuras de la pandemia, esta encíclica abre un horizonte de esperanza: convertirnos en hermanos y hermanas todos. Surge un sueño por el que vivir y luchar, aunque lo hagamos con nuestras propias manos.

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