Los catequistas de la Diócesis de Teotihuacán (México) han encontrado la forma de continuar adquiriendo habilidades básicas para el acompañamiento y la formación de los niños y jóvenes que buscan recibir los sacramentos de iniciación cristiana.
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Esto, gracias al programa Revitalización de Comunidades Parroquiales (RCP) de PPC México, que tiene como objetivo reanimar y acompañar la catequesis a partir de una serie de materiales que vinculan al párroco, a los catequistas y a los padres de familia y padrinos.
El material consiste en pequeñas cápsulas formativas basadas en el contenido de los catecismos editados por PPC México para las diócesis de Texcoco, Ecatepec, Teotihuacán, Valle de Chalco, Mexicali y Arquidiócesis de México.
Estas cápsulas, a su vez, están apoyadas en subsidios para la familia, infografías y encuentros formativos de RCP-PPC, los cuales están dirigidos a los catequistas y sacerdotes, a quienes buscan obtener los sacramentos y sus familias.
Al respecto, Vida Nueva charló con el sacerdote Israel Valentín González Velázquez, director de la Dimensión Diocesana para la Nueva Evangelización y Catequesis (DIDINEC) en Teotihuacán, quien explicó en qué consiste el programa de colaboración entre esa diócesis y RCP-PPC.
Una catequesis viva, provechosa y fructuosa
Se trata –dijo el sacerdote– de darle a los agentes de pastoral las herramientas de acercamiento, acompañamiento y de encuentro personal; así como las habilidades básicas del acompañamiento, encontrando una nueva manera de relacionarse con otras personas, “desde su fe y actitud”.
Consideró que dichas herramientas y habilidades permitirán a los catequistas generar a distancia un proceso de enseñanza y aprendizaje que realmente genere el acto de la fe, no solamente en el interlocutor, sino también en su familia.
“Las herramientas que nos ofrece RCP-PPC, son ante todo un beneficio para crear una catequesis que dé respuestas a estos momentos que estamos viviendo por el distanciamiento social generado por la pandemia”, añadió.
“Desde que empezamos, hemos obtenido las bases para conocer el universo del acompañamiento; la capacidad de tener una escucha activa; los elementos para hacer preguntas efectivas; herramientas para generar la autogestión; consideración sobre una base de empatía y cómo concretar las acciones reales y claras en nuestro trabajo de la pastoral profética que realiza la catequesis”, señaló.
Explicó que estos han sido los temas que han recibido a lo largo de varias sesiones que empezaron en septiembre y que estarán finalizando en octubre, aunque desde que inició la pandemia, el programa se ha implementado “a partir del diálogo y la meditación, a partir de propósitos reales que buscan dar respuesta a hacer que la catequesis en este tiempo, sea una catequesis viva, provechosa y fructuosa“.
Catequesis para toda la familia
Para el sacerdote de la diócesis de Teotihuacán, para que la catequesis llegue también a la familia del catequizando, se requiere que el catequista sepa brindar este acompañamiento.
“Los elementos concretos para ello nos los está ofreciendo RCP-PPC. De esta manera podemos formar en la fe no solamente a quien recibirá el sacramento, sino que hacemos que toda la familia se involucre y sepa vivir la celebración de un sacramento en familia“.
En ese sentido, consideró que uno de los principales aciertos del programa es que los catequistas adquieren elementos cualificados para poder hacer también una catequesis en comunidad “dado que estamos abarcando a las familias”.
“Y aquí, las habilidades de acompañamiento nos ayudan a abarcar sin miedo a todos aquellos que en algún momento se sentían excluidos por la misma catequesis, que solamente abarcaba a una sola persona”, añadió.
Gracias al programa –dijo– los catequistas también están abriendo su panorama de formación en el acompañamiento y escucha hacia los interlocutores; y al mismo tiempo, toman estos elementos formativos para hacer que la educación de la fe lleve a madurar a los miembros de una familia donde, seguramente, muchos se quedaron sólo con la catequesis infantil, de hace mucho tiempo.
Otro punto importante –consideró– es que las habilidades ofrecidas por RCP-PPC, ayudan a hacer un diálogo asertivo, conectado, que se convierte no solamente en una cuestión de recibir, sino que permite, a quienes forman parte de una comunidad parroquial, entenderse, conocerse y comunicarse mejor.
El resto es reinventar la catequesis
Para González Velázquez, también es un hecho que algunos catequistas y sacerdotes están “casados con la temática de la catequesis tradicional, sin darse cuenta que la pandemia obliga hacer una modificación a la catequesis. Una catequesis propositiva y que siga siendo de encuentro“.
El distanciamiento –dijo– “que será necesario mantener, nos separa en lo físico, nos arrasa en capacidades de encontrarnos y seguir haciendo la catequesis como hasta ahora aprendimos, pero también nos abre oportunidades de compartir acompañando“.
Consideró que ahora el resto es cambiar el modo de hacer catequesis: “siempre intensivas, que lleguen a las élites y a las masas para lograr una fe lúcida y comprometida, pero a través de grupos más pequeños o más concurridos; es necesario involucrar a los párrocos, a los catequistas, a las familias, a la comunidad cristiana y a la utilización de diversas plataformas virtuales; así como la radio, internet y otros recursos didácticos y espirituales. Pues, el reto es reinventarnos para seguir creciendo en comunidad”.
“¿Por qué hablar de repensar la Catequesis? –preguntó– No es una moda, es un derecho y obligación, es una renovación como ministerio educativo, que se replantea para estar en continuo discernimiento y renovación. Es preciso educar en la fe poniéndose en contacto con Jesucristo para llevar a cabo la misión evangelizadora“.