La publicación de la nueva encíclica del papa Francisco sobre la fraternidad y la amistad universal titulada ‘Fratelli Tutti’ no ha dejado indiferente a nadie. Tampoco a las religiosas y los religiosos de todo el mundo. En este sentido, la presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), la claretiana Jolanta Kafka, y el presidente de la Unión de Superiores Generales (USG), el jesuita Arturo Sosa, han participado en un encuentro organizado por Jesuits Global en el que han hecho una primera valoración del documento papal.
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La centralidad de hacerse prójimo
Frente a quienes ven escaso el contenido religioso explícito de la propuesta de Francisco, Kafka se ha sentido “conmovida” por el sentido amplio con el que el Papa interpreta la parábola evangélica del Buen Samaritano, así como la dinámicas cristiana del “abajarse”. Para Sosa, el texto insiste en “la centralidad de hacerse prójimo, que es el hilo conductor del camino para construir una vida digna para toda la humanidad” frente a las divisiones y la polarización que se dan actualmente.
Además, la claretiana ha destacado la “amplitud de temas que se entretejen” en torno a la fraternidad: la Doctrina Social, la espiritualidad, la eclesiología o el estilo pastoral propuesto… Para ella, con este documento se abren “muchos horizontes”. Según el jesuita, el Papa describe con “realismo las sombras del mundo” a la vez que “señala la esperanza y el camino por el que hermanarnos”.
Frente al debilitamiento de la política
Ambos han hecho un llamamiento a no excluir a los otros y subrayar la responsabilidad de todos en la buena marcha del mundo. Algo, que la encíclica traslada al mundo político, por eso, según Sosa, “el Papa es muy consciente del debilitamiento de la política” y, por tanto, sus consecuencias para cumplir plenamente su misión, por ello, es necesario “destacar el rol central de la política para conseguir y consolidar” la fraternidad en los esquemas mundiales.
Kafka ha invitado a conocer la Teología del pueblo que subyace en el papa Francisco en continuidad con la historia de la salvación para ver el sentido profundo de la llamada papal al bien común o la acogida del diferente, más allá de prejuicios políticos. Frente al desencanto, Sosa ha invitado a “reconciliarnos con el sentido de la palabra ‘política’ y el hecho de ser ciudadano”, algo que “no tiene sentido sin el bien común”.
El encuentro cultural
“La paz es fruto de la justicia y la reconciliación; sin esto la fraternidad no es posible”, sentencia Sosa recogiendo la experiencia de América Latina. Por ello, Kafka subraya la denuncia a la “esclerosis cultural” que hace Francisco reivindicando un “sano sentido patrio para abrirnos, recibir del otro… porque todos los seres humanos somos fruto de ese intercambio de culturas” que no si se corta “nuestros contactos se endurecen y al final llevan a la destrucción y al aislamiento, a la guerra”.
En este sentido, el jesuita ha destacado la aportación de los migrantes y la puesta en práctica de la llamada a la acogida y el encuentro. Una categoría, destaca la claretiana, que no es solo personal, es también entre instituciones y naciones… “y hasta el nivel del vecino, el inmediato, el de la puerta de al lado… porque para la paz hay que mirar al otro como prójimo y no como socio de negocios”. En este sentido, destacan elementos como la recuperación de la amabilidad.
