“La encíclica ‘Fratelli tutti’ del papa Francisco aborda la novedad de esta época, con unas divisiones muy potentes entre empobrecidos y enriquecidos y, por si fuera poco, subraya también las consecuencias de la pandemia global que estamos viviendo. El Covid-19 ha acelerado y ensanchado la llamada tan fuerte a la fraternidad universal en que ahonda el Santo Padre”, ha señalado Luis Argüello, secretario de la Conferencia Episcopal Española en una entrevista en Cope.
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Recomponer los sueños rotos
A raíz del nuevo texto papal, Argüello ha señalado que la encíclica “nos habla de sueños que se han roto en pedazos y que no han llegado a extenderse a toda la humanidad”, ya que los derechos humanos “no son suficientemente universales”. Para el también obispo auxiliar de Valladolid “vivimos en un momento en el que algunos de estos sueños de fraternidad y de igualdad parecen haberse rotos. Es necesaria, como dice el Santo Padre, que la verdadera sabiduría suponga el encuentro con la realidad. Es necesario dar rostro a las afirmaciones que hacemos”.
“Francisco nos ayuda a superar la dialéctica de los contrarios, tan típica del tiempo moderno. El Santo Padre sale al paso de los populismos y de las condiciones individualistas de la existencia. Pone delante de nosotros rostros concretos”, señaló ante la polarización del mundo.
La actitud del buen samaritano
Para ello, según Argüello, el Papa “nos dice de forma muy explícita de no esperar a ver qué hacen los políticos. Cada uno tiene que pensar cómo ponerse en marcha”. “Ante tanto dolor, ante tanta herida, la única salida es ser como el buen samaritano”, recalca el prelado citando el texto bíblico que propone el papa Francisco. “Todos tenemos algo del herido que está en el camino, del buen samaritano o de los que pasan de largo. Se trata de proponernos un encuentro con quien está caído en el camino de una forma real y adoptar la actitud del buen samaritano”, explicó.
Analizando el tema principal, el secretario destacó que “hay que cultivar lo que Francisco llama un encuentro hecho cultura, sobre todo en las relaciones más cercanas que tenemos”. Algo que llega hasta la situación de las migraciones, ya que “si verdaderamente tomamos conciencia de que somos todos hermanos los que llegan han de ser acogidos como tales”.