“Desde hace diez años, no se ha invertido suficiente en recursos, en salud pública, no se han cubierto las bajas de muchos profesionales”. Es la denuncia que lanzó esta tarde José Ramón Amor Pan, presidente del Comité de Ética Asistencial del Complejo Hospitalario Universitario de la Coruña y Coordinador del Observatorio de Bioética y Ciencia de la Fundación Pablo VI. Amor Pan alzó la voz en nombre de los sanitarios españoles durante la presentación del libro ‘Bioética en tiempos de Covid-19’, en un encuentro digital moderado por la periodista Sandra Várez.
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“El gran problema del COVID-19 en nuestro país de manera sobresaliente ha sido un problema de gobernanza y de recelo institucional. Quienes tienen responsabilidad de esta gobernanza, tendrán que rendir cuentas en su momento”, lamentó Amor Pan, que puso como ejemplo el hecho de que se crear un grupo de expertos en bioética, existiendo ya un Comité Nacional de Bioética.
Apostar por la Sanidad
“Estamos más irritados que en la primera ola, porque en ese momento estábamos desprevenidos. Estamos indignados porque no ha habido una apuesta por la Sanidad. Evidentemente esto no es un paraíso, pero sí se podría haber evitado que la política tuviera una gran injerencia”, denunció María Rosa Arroyo Castillo, vicepresidenta general del Consejo General de Colegios de Médicos de España
Sobre la mesa redonda virtual, también se puso el problema de las residencias. Eva Fernández Mateo, enfermera y presidenta de Acción Católica General, apuntó que “es un problema estructural de cómo vive nuestra sociedad y, donde los mayores no producen”. “No solo hay un déficit estructural sanitario para atender a los ancianos, tenemos que integrar las residencias en el sistema para que no se queden desconectados y que ni siquiera tuviéramos la posibilidad de tener un contacto más directo con ellos. Estoy convencido de que se va a modificar el modelo”, dejó caer Arroyo Castillo.
Sentirse cuidados y amados
“El informe de Médicos Sin Fronteras al respecto es demoledor y para ponernos a llorar. Y sabíamos lo que pasaba antes de la pandemia”, añadió Amor Pan que comentó cómo muchas residencias han decidido “pagar los 6.000 euros de sanción por no tener médico y seguir igual”. “Hay muchos pecados de omisión en los que hay que entonar el mea culpa en residencias confesionales”, remarcó.
“El anciano no quiere que se le cuide solo físicamente, sino, sobre todo, que se le ame”, explicó el doctor René Zamora Marín , presidente del Comité Nacional de Bioética de Cuba, director del Instituto de Bioética Juan Pablo II de La Habana y Académico de la Pontificia Academia para la Vida. “Tenemos que hacer una revolución en las residencias de ancianos, pero no va a tener un final feliz si no tejemos una alianza de fraternidad”, advirtió Amor Pan.
Sobre la segunda oleada de contagios, con la mirada puesta en los jóvenes, el experto en bioética apuntó que “no basta con promulgar normas, hace falta un mayor compromiso personal”. “Nos falta crecer en una cultura donde hay responsabilidad. No podemos pedirles altura de mira a los jóvenes, cuando no les hemos pedido responsabilidad en casa o en la escuela ante otros temas”, añadió Fernández Mateo. “Hay que hablar más de la bioética de la cloroquina”, sentenció Arroyo Castillo.
El director general de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, cerró el acto valorando la pedagogía presente en la nueva obra de Amor Pan: “No solo utiliza un lenguaje sencillo, sino un lenguaje claro que hace entender lo que es la bioética global, afectiva y efectiva”.