África

OMP desmiente que haya sido liberada Gloria Cecilia Narváez, misionera en Malí secuestrada por yihadistas en 2017





Según acaba de anunciar Obras Misionales Pontificias(OMP), no hay confirmación oficial ni constan datos que la avalen sobre una noticia que habían adelantado esta mañana otras entidades eclesiales como Misiones Africanas o Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN): que Gloria Cecilia Narváez ha sido liberada en Malí. Secuestrada el 7 de febrero de 2017 por el Frente Al Nusra para el Islam y los Musulmanes, organización que ahora agrupa a los principales grupos yihadistas activos en la región africana de Sahel y vinculado a Al Qaeda, la religiosa colombiana seguiría inmersa en su peor pesadilla.



Las últimas noticias que se tienen de ella son del 30 de enero de 2018, cuando la misionera fue obligada a grabar un vídeo dirigido al papa Francisco en el que le dirigía una lacónica súplica: “Haga hasta lo imposible por liberarme”.

Negociaciones para su liberación

A expensas de conocer los detalles en un momento de máxima incertidumbre, se especulaba con que su liberación se habría saldado tras un acuerdo entre el Gobierno maliense y los yihadistas para intercambiar presos y rehenes. De hecho, aunque, por ahora, no haya sido así en el caso de la hermana Gloria Cecilia, lo que sí es seguro es que ha sido liberado el misionero italiano Luigi Maccalli, secuestrado en Níger en 2018. En el caso de este religioso, el propio primer ministro transalpino, Giuseppe Conte, ha confirmado oficialmente la noticia. 

Como confirmó en su día el Gobierno colombiano, la Santa Sede ha seguido de cerca el caso, hasta el punto de que habrían “intercambiado información” con las autoridades vaticanas, especialmente con la Gendarmería.

Volcada con los huérfanos y las mujeres

Gloria Cecilia, de 56 años, en el momento en que fue secuestrada dirigía en la localidad de Koutiala, al sur de Mali, la comunidad misionera de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, a la que pertenece, donde con otras tres religiosas –dos de ellas también colombianas– llevaban adelante un orfanato, un dispensario sanitario y un programa a favor de la mujer.

Tras su secuestro, el Frente Al Nusra argumentó que la retenía por “respaldar y ayudar a los cruzados predicando el cristianismo y convertir a musulmanes a su religión. Ella y su congregación solo se proponen despojar a los musulmanes de Malí de sus creencias y remplazarlas con falsedades”.

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