El cardenal Carlos Aguiar Retes presidió este día los festejos por el 125 aniversario de la coronación pontificia de la Virgen de Guadalupe, realizada en 1895 en la Antigua Basílica, hoy conocida como Templo Expiatorio a Cristo Rey.
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Fue el entonces arzobispo de México, Próspero María Alarcón, y el de Michoacán, José Ignacio Árciga y Ruiz de Chávez, quienes colocaron a la Virgen de Guadalupe la corona de oro en nombre del papa León XIII.
El pontífice había accedido a la petición que hicieran nueve años atrás estos dos arzobispos, junto con el de Guadalajara, Pedro Loza y Pardavé.
La celebración se llevó a cabo con la presencia de diez arzobispos, 27 obispos y el vicario apostólico en México, así como de obispos de distintas nacionalidades y autoridades de gobierno.
Durante la ceremonia se presentaron dos coronas: una de oro para ser utilizada en las grandes celebraciones, y otra de plata, más sencilla, para el día a día. Actualmente las dos coronas se van alternando para darles el debido mantenimiento.
El diseño de la corona de oro fue de los artistas mexicanos Rómulo Escudero y Pérez Gallardo, y de Salomé Pina, pero fue elaborada por Edgar Morgan, artista parisense; mide 62 centímetros de altura por 59 centímetros de circunferencia, y según la tradición, fue construida con el oro, la plata y las joyas que obsequiaron varias señoras mexicanas.
El año jubilar guadalupano
Con la celebración de este lunes, conocida como la Misa de las Rosas, no sólo se conmemoró el 125 aniversario de dicha coronación, sino también el encuentro de dos culturas; el inicio de la evangelización en América, y el aniversario 44 del traslado de la imagen de la Virgen de Guadalupe a la nueva basílica, en 1976.
Inicialmente, con esta Misa estaría concluyendo el Año Jubilar Guadalupano-Plancartino que concedió el Papa Francisco en septiembre de 2019 con motivo del 125 años de la coronación, pero debido a la pandemia de Covid-19, éste se extendió hasta el 12 de octubre de 2021.
Por eso, durante la celebración, el cardenal Aguiar Retes pidió a los fieles aprovechar la prolongación de un año más para seguir obteniendo, por concesión del papa Francisco, la indulgencia plenaria sobre todo en favor de los difuntos, “quienes seguramente lo agradecerán cuando lleguemos a la Casa de Dios, Nuestro Padre”.
También se dirigió a la Virgen de Guadalupe para pedir por el fin de la pandemia, con la siguiente oración:
“Pidamos también a María, para que nos ayude a salir mejores personas de esta Pandemia:
Señora y Madre nuestra, María de Guadalupe, consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, ayúdanos a expresar nuestra solidaridad de forma creativa para hacer frente a las consecuencias de esta pandemia mundial, haznos valientes para acometer los cambios que se necesitan en busca del bien común. Anima la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio, y la constancia en la oración. Acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos, para que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria. Nos encomendamos a Ti, que siempre has acompañado nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen, María de Guadalupe! Amén.”
