Europa

El Vaticano tumba la declaración de san Juan Pablo II como doctor y patrono de Europa





Las celebraciones organizadas por la Conferencia Episcopal Polaca por el centenario del nacimiento de Juan Pablo II están bajo mínimos por la situación sanitaria. A esto se suma un nuevo jarro de agua fría, el arzobispo de Poznan y presidente del episcopado, Stanislaw Gądecki ha confirmado que el Vaticano ha rechazado las peticiones para que Wojtyła sea declarado Doctor de la Iglesia y patrón de Europa.



Escaso entusiasmo

En una conferencia en Varsovia, el pasado 9 de octubre, el prelado ha lamentado la decisión y ha señalado las razones por las que la Secretaría de Estado debería reconsiderar su decisión. La verdad es que tampoco el apoyo mundial ha sido entusiasta al respecto. Gadecki lamentó que cuando escribió “a los presidentes de las 150 conferencias episcopales del mundo, pidiéndoles su apoyo a tiempo para el centenario de san Juan Pablo II este año, hubo poca reacción y sólo 7 respondieron positivamente”.

Mientras los obispos de Francia, Suiza y Austria consideraban prematuras estas distinciones y declinaban ofrecer su apoyo; se sumaron a la propuesta polaca Chile, la República Checa, Alemania, Filipinas, Eslovaquia, Eslovenia y Ucrania. El resto, silencio. Estas propuestas han contado con el aval y el impulso del exsecretario de Juan Pablo II, el cardenal Stanislaw Dziwisz, y el biógrafo oficioso del santo polaco, el laico George Weigel que preside la Fundación James Madison crítica con las propuestas sociales de Francisco.

No está previsto…

En su discurso, Gądecki ha defendido que “los 27 años de pontificado del papa Juan Pablo II son de crucial importancia para la Iglesia y el mundo, tanto en el contexto de su enseñanza como en el de su impacto social”. Por ello, el 22 de octubre de 2019 envió una petición al papa Francisco pidiendo ambas distinciones. Y es que, recalcó el poder de proclamar a Juan Pablo II como 37º Doctor de la Iglesia y 7º patrono de Europa recaía únicamente en el Papa.

Sin embargo, la respuesta que ha obtenido de la Secretaría de Estado es clara: “En cuanto a la inclusión de Juan Pablo II entre los patronos del continente europeo, hay que recordar que el número de estos mecenas ya es significativo (6), por lo que no parece apropiado que el Santo Padre lo amplíe. También recientemente, numerosas propuestas de otras figuras de gran importancia espiritual y simbólica para Europa han sido rechazadas. Del mismo modo, generalmente no está previsto en ese momento otorgar el título de Doctor de la Iglesia incluso a los autores que han tenido una influencia significativa en la enseñanza y el desarrollo de la doctrina.

Las razones del episcopado polaco

El prelado polaco explicó que el título de Doctor de la Iglesia se concede a quien destaca por “la santidad de vida, una doctrina distintiva que ha influido en el desarrollo de la enseñanza y el pensamiento teológico de la Iglesia, así como una contribución particular a la misión de evangelización que Cristo confió a su Iglesia”. En este sentido recordó que el último caso reconocido, precisamente por Francisco en 2015, es el de santo armenio del siglo X Gregorio de Narek.

Respecto al patrocinio de Europa apuntó que surge en el siglo XX como extensión de los patrocinios de los diferentes estados. “Los creadores del orden europeo contemporáneo comenzaron a buscar diversas formas de integración de las naciones y países de nuestro continente”, destacó. Por ello, reclamó que “cuando vemos una peligrosa tendencia a alejarse de los valores cristianos y a construir la integración europea sobre visiones del mundo completamente ajenas con un claro enfoque sólo en el progreso económico, a expensas de su identidad, se supone que la idea de los patronos de Europa es un grito para el recuerdo”.

Ante este escenario, George Weigel presentó 5 razones para su petición: la aplicación del concilio desarrollado en el pontificado de Wojtyła, las enseñanzas del pontífice aunando la tradición clase y en enfoque contemporáneo, la propuesta de una nueva antropología a partir de la “teología del cuerpo”, la doctrina social y la nueva evangelización. “La enseñanza sobre el respeto a la vida de cada ser humano, el papel de la mujer, el matrimonio y la familia, la proclamación del Evangelio a todo el mundo, un nuevo rostro de la unidad de la Iglesia, el diálogo religioso y la reconciliación, acercar a Dios rico en misericordia” serían más razones para Gądecki.

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