El Patriarca Kirill de Moscú ha asegurado que la Iglesia ortodoxa rusa hará “todo lo posible” para poner fin al conflicto armado en Nagorno-Karabaj. Así lo ha afirmado en un comunicado, donde ha subrayado su cercanía a todos los que viven en la región “así como con todos los pueblos de Azerbaiyán y Armenia” ante esta nueva oleada de violencia.
“Una vez más, las localidades habitadas están siendo objeto de bombardeos, la gente está muriendo y los lugares sagrados, los bienes del patrimonio cultural y las casas de civiles están siendo destruidos”, ha dicho el patriarca ruso. “Comparto los sufrimientos de todas las víctimas de esta terrible guerra y pido sinceramente por las familias de los muertos”, ha subrayado.
Asimismo, ha asegurado que la Iglesia ortodoxa rusa “ha hecho todo lo posible desde el inicio del conflicto y seguirá haciendo todo lo posible para, actuando junto con los líderes religiosos de Armenia y Azerbaiyán, ayudar a restablecer la paz en la sufrida tierra de Nagorno-Karabaj”.
En el texto, además, Kirill hace un llamamiento al Patriarca Supremo de la Iglesia apostólica armenia, Karekin II, así como al presidente de la Junta de Musulmanes del Cáucaso, Sheikh ul-Islam Allahshükür Pashazade. “Queridos hermanos, juntos hemos recorrido un largo camino, esforzándonos para que este enfrentamiento no se convierta en un conflicto interreligioso, para que los problemas se resuelvan por medios pacíficos”, dice el patriarca. “Hoy, cada uno de nosotros y todos juntos debemos hacer todo lo posible para detener el derramamiento de sangre”.
Al mismo tiempo, ha hecho un llamamiento a los líderes estatales de ambos países “para que utilicen el alto el fuego para cambiar la búsqueda de soluciones a la vía política por el bien del futuro de los dos pueblos vecinos”. “Una mala paz es mejor que una buena guerra”, recuerda Kirill en su carta, “esta vieja verdad es más relevante hoy que nunca”. “Cuando hay paz, las personas pueden reunirse, comunicarse y buscar soluciones a los problemas”, dice, “pero cuando hay una guerra, se derrama sangre humana y se cometen crímenes, es difícil llegar a decisiones políticas conjuntas”.
“Dirijo mi llamamiento urgente a todas las partes en conflicto: perdonen las vidas de los demás”, añade el patriarca, y que “el cronómetro de esta sangrienta disputa se detenga en nombre de un futuro pacífico”. “Deseo a todos los involucrados en este conflicto”, concluye, “que tengan éxito en la búsqueda de una solución pacífica a los problemas existentes”. “Les pido que demuestren toda su experiencia y sabiduría para lograr resultados reales y superar los obstáculos en el camino del entendimiento mutuo”, subraya, ya que, en esta situación, “la vida de muchas personas y el futuro pacífico de sus naciones dependen de sus decisiones”.