Este jueves, 15 de octubre, el papa Francisco tratará de reactivar su propuesta para un Pacto Educativo Global a través de un vídeo mensaje que se transmitirá a través de Vatican News de un acto de la Pontificia Universidad Lateranense organizado por la Congregación para la Educación Católica a las 14:30 h. (hora de Roma). Según han desvelado fuentes vaticanas, el Papa propondrá unirse a su propuesta “para generar un cambio a escala planetaria, para que la educación sea creadora de fraternidad, paz y justicia”.
Pero, ¿cuál es la propuesta de Francisco? Vida Nueva te ofrece las 5 claves básica para comprender esta iniciativa.
Propuesto el 12 de septiembre de 2019, el Pacto Educativo Global surge del pontífice como un “invitación para dialogar sobre el modo en que estamos construyendo el futuro del planeta y sobre la necesidad de invertir los talentos de todos, porque cada cambio requiere un camino educativo que haga madurar una nueva solidaridad universal y una sociedad más acogedora”.
Tras cancelar el evento fijado para el pasado 14 de mayo por la pandemia del coronavirus, cobra sentido el objetivo de “reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión”. Por ello, Francisco pide “unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna”.
“Vivimos un cambio de época: una metamorfosis no sólo cultural sino también antropológica que genera nuevos lenguajes y descarta, sin discernimiento, los paradigmas que la historia nos ha dado”, escribía Francisco hablando de la crisis previa a la pandemia. En concreto, señalaba “la educación afronta la llamada rapidación, que encarcela la existencia en el vórtice de la velocidad tecnológica y digital, cambiando continuamente los puntos de referencia”.
Ante esta situación, el Papa propone “construir una “aldea de la educación” donde se comparta en la diversidad el compromiso por generar una red de relaciones humanas y abiertas. Un proverbio africano dice que “para educar a un niño se necesita una aldea entera”. Por lo tanto, debemos construir esta aldea como condición para educar”. Algo similar propone en ‘Fratelli tutti’.
Entre las acciones que propone Bergoglio, la primer de ellas es “tener la valentía de colocar a la persona en el centro”. En concreto invita a llegar a “un pacto que anime los procesos educativos formales e informales, que no pueden ignorar que todo en el mundo está íntimamente conectado y que se necesita encontrar —a partir de una sana antropología— otros modos de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso”.
Esto implica dimensiones importantes, por ejemplo, “en un itinerario de ecología integral, se debe poner en el centro el valor propio de cada criatura, en relación con las personas y con la realidad que las circunda, y se propone un estilo de vida que rechace la cultura del descarte”, recuerda Bergoglio.
Francisco pide a todas las personas de buena voluntad tener “la valentía de invertir las mejores energías con creatividad y responsabilidad”. Para el Papa, “la acción propositiva y confiada abre la educación hacia una planificación a largo plazo, que no se detenga en lo estático de las condiciones”.
La consecuencia es clara para Bergoglio, “de este modo tendremos personas abiertas, responsables, disponibles para encontrar el tiempo para la escucha, el diálogo y la reflexión, y capaces de construir un tejido de relaciones con las familias, entre las generaciones y con las diversas expresiones de la sociedad civil, de modo que se componga un nuevo humanismo”.
Una última clave para Francisco es tener “la valentía de formar personas disponibles que se pongan al servicio de la comunidad”. “El servicio es un pilar de la cultura del encuentro”, destaca Francisco porque “en el servicio experimentamos que hay más alegría en dar que en recibir. En esta perspectiva, todas las instituciones deben interpelarse sobre la finalidad y los métodos con que desarrollan la propia misión formativa”.
Desde estas claves, el Papa pide a todos los implicados en la labor educativa en sentido amplio buscar “juntos las soluciones, iniciemos procesos de transformación sin miedo y miremos hacia el futuro con esperanza”. “Invito a cada uno a ser protagonista de esta alianza, asumiendo un compromiso personal y comunitario para cultivar juntos el sueño de un humanismo solidario, que responda a las esperanzas del hombre y al diseño de Dios”, concluye Francisco en su escrito de propuesta del pacto.