Carlos Ñañez dirigió un mensaje a la feligresía cordobesa y expresó la intención de acompañar y alimentar la esperanza en este tiempo nuevo. Según sus palabras, al conocerse el nuevo decreto de necesidad y urgencia del gobierno nacional y provincial, sintió la necesidad de acercarse a ellos y manifestarles su parecer.
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Expresó que en los templos católicos, durante todo este tiempo, se han observado y se observan –con cuidado– los protocolos aprobados oportunamente por las autoridades.
Recordó también que, en cada centro religioso, los miembros de la iglesia colaboraron “con la acción estatal en las obras de asistencia alimentaria y sanitaria”, y continuaron respetando también los protocolos.
“Medidas exageradas”
Ante la decisión de suspender las celebraciones litúrgicas, Ñañez explicó que recurrió ante la autoridad provincial, le manifestó su malestar por la disposición y el propósito de no acompañar esas medidas, las que estimó “exageradas, y que afectan a la salud espiritual de las personas, especialmente en un tiempo de cuarentena prolongada”. Sin embargo, se mostró su disposición para continuar con el diálogo franco con las autoridades.
El arzobispo cordobés, estimó que todos los aspectos deben estar equilibrados para una salud cuidada. “No podemos centrarnos, solamente, en lo material y descuidar lo espiritual”, ratificó.
Observando con prudencia las medidas protocolares, tal como se viene realizando, se puede atender las necesidades espirituales de los fieles. Por eso, indicó que los responsables de cada comunidad deberán discernir el modo concreto de acompañar espiritualmente al pueblo de Dios. En caso de estar ante eventuales contagios, se deberán suspender estas iniciativas hasta el total restablecimiento de la salud.
Finalmente, señaló que espera que las autoridades puedan comprender esta necesitad vital y posibilitar la atención espiritual ante las demandas de los fieles.