En una carta abierta, publicada el 9 de octubre, las mujeres del colectivo Toutes apôtres (Todas apóstoles) han querido reconocer la “benevolencia y apertura” con que han sido acogidas por el nuncio apostólico en Francia, Celestino Migliore, y manifestarle su gratitud por recibirlas y escucharlas una a una.
Todo arranca el pasado 22 de julio, festividad de santa María Magdalena, cuando siete mujeres depositaron ante la nunciatura su candidatura a puestos dentro de la Iglesia católica tradicionalmente sometidos a la ordenación y, por tanto, inaccesibles para las mujeres. Este hecho suscitó una importante cobertura mediática y, poco después, las candidatas recibieron la invitación a un encuentro personal con el nuncio Migliore. Entrevistas que se han desarrollado durante el mes de septiembre y hasta principios de octubre.
“Mi encuentro con el nuncio transcurrió con calidez y mucho diálogo”, confiesa a Vida Nueva Christina Moreira, miembro de la Asociación de Presbíteras Católicas (ARCWP). “Me permitió exponer –añade– lo que mi ‘candidatura’ era en realidad: la puesta a disposición de mis carismas, persona y estado de presbítera para trabajar en una parroquia”. Ahora, Christina espera que Migliore transmita al papa Francisco su solicitud de un diálogo entre él y nosotras, “mujeres en la frontera pero no exiliadas, no ajenas a nuestro Pueblo de Dios y sus necesidades y sufrimientos. Veremos ahora qué responde Francisco”.
La actitud del nuncio –subrayan las mujeres del colectivo en el documento– “refuerza su esperanza de ver a la Iglesia trabajar en la dirección indicada por el papa Francisco”. De hecho, aunque ellas se han comprometido en no divulgar las palabras exactas del nuncio, aseguran que él las invitó a mirar los avances que el Pontífice quiere llevar adelante, dando más peso a las mujeres en la Curia o con la Comisión sobre el diaconado femenino.