El papa Francisco aceptó este fin de semana la renuncia del obispo de Kalisz, Edward Janiak (68 años), acusado de encubrir abusos. El Pontífice tomó cartas en el asunto el pasado 25 de junio, cuando nombró al arzobispo Grzegorz Rys, de Lodz, nuevo administrador apostólico de la diócesis.
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Esta medida del Papa llega apenas un mes después de que el documental ‘Hide and Seek’ sobre los abusos sexuales a menores –en abierto en YouTube–, pusiera a Janiak como figura destacada por encubrir estos abusos en la diócesis, a la que llegó en 2012. Días después, esto llevó al arzobispo primado de Polonia, Wojciech Polak, a solicitar al Vaticano que investigase las acusaciones que se vertían sobre el prelado en la película, ya que en ella se mostraba “que no se cumplieron los estándares de la Iglesia para la protección de niños y jóvenes”.
De hecho, en el documental se da cuenta del testimonio de una familia que acudió al obispo de Kalisz para denunciar que su hijo había sido abusado por un párroco de la diócesis. Ante ello, el obispo echó de su despacho a los denunciantes en 2016 e hizo caso omiso a la norma de ponerlo en conocimiento de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Al ser conocedor de estos hechos, Polak actuó a través de la nunciatura.
Acusaciones contra el primado
Sin embargo, esta petición de ayuda a la Santa Sede no fue del agrado de Janiak, que rechazó las acusaciones a través de una carta en la que también carga contra Polak. Sin embargo, este documento fue enviado a todos los obispos polacos menos al primado ya que, para Janiak, este había “emitido un veredicto”, creando “una gran confusión” y dañando “la imagen de la Iglesia” al transmitir su denuncia al Vaticano. Asimismo, en su carta expresa su descontento ante el hecho de que el primado se reuniese con los realizadores del documental, ya que son “los enemigos de la Iglesia”.
Asimismo, el obispo señaló en su carta que la votación sobre la puesta en marcha de la Fundación San José, creada por la conferencia episcopal para apoyar a las víctimas de abusos sexuales, fue manipulada. Además, en el texto cuestiona la labor de Polak al frente de la comisión encargada del seguimiento de los protocolos antiabuso. Unas acusaciones de las que, además de haberse desmarcado la Conferencia Episcopal del país, han acabado por impulsar al Papa a responder rápidamente a la petición de ayuda del primado.
