La Conferencia Episcopal Puertorriqueña ha estado difundiendo una convocatoria a todo el país para que en los comicios generales del 3 de noviembre de este año elija líderes nuevos que dirijan la ruta a la superación de la condición colonial, reformas sociales justas, la erradicación de políticas neoliberales y la defensa de los valores fundamentales de la dignidad humana.
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“Necesitamos un nuevo liderato” para cimentar “las bases del futuro”, “un liderato verdaderamente comprometido con el bien común”, plantea la carta, publicada por el semanario católico El Visitante.
El motivo para un llamado tan firme y radical está explicado en el propio documento de la Conferencia Episcopal, que señala que Puerto Rico está pasando por “una de las peores etapas de su historia”.
Ante eso, los señores obispos recuerdan a los fieles el pensamiento de San Pablo sobre las tribulaciones y la fe, así como las enseñanzas del papa Francisco y la doctrina social de la Iglesia.
Una deuda impagable
Puerto Rico, cuya economía se ha mantenido en baja durante los últimos tres lustros y con un nivel extraordinariamente alto de escándalos de corrupción desde finales del siglo pasado, se enfrenta a una deuda impagable. Desde 2016, Estados Unidos le impuso una junta designada desde Washington, que rige por encima de las instituciones del gobierno del país. Ante estas circunstancias, los huracanes de 2017 dejaron miles de muertos y al día de hoy el país todavía no se ha recuperado en su totalidad de los efectos de la devastación, mientras que este año, los temblores de tierra han dejado a miles sin hogar y la pandemia del Covid-19 ha contagiado a decenas de miles, sin que las autoridades sanitarias hayan dado cuenta de lo que ha pasado con la inmensa mayoría de los casos.
Al día de hoy, cinco partidos y un candidato independiente se enfrentarán en las elecciones generales del próximo 3 de noviembre, ocasión para la cual también está pautada la consulta para que el pueblo exprese si desea que el país se convierta en un estado de Estados Unidos.
Los obispos puertorriqueños dejaron claro que “la Iglesia no promueve ideologías, partidos, o candidatos”, por lo que nadie debe esperar que los prelados católicos vayan a respaldar candidaturas particulares. Sin embargo, esa prudencia no puede evitar que la Iglesia cumpla con su deber de “denunciar la injusticia y promover los cambios” necesarios para el bien del pueblo.
Contra el colonialismo
Según el análisis que han hecho los obispos, de cara a los comicios generales del próximo mes de noviembre; los problemas del colonialismo y las políticas neoliberales “se han agravado”, mientras que la nación caribeña tiene un liderato político que no ha procurado las condiciones para que se “erradique el mal de la dependencia y que nos libere de la asfixiante, limitante y denigrante condición colonial”.
“Reiteramos así lo que expresamos en el mensaje para las elecciones del 2016: “Ha llegado la hora de decir no al colonialismo histórico que se ha acompañado de leyes injustas como las de cabotaje, la demagogia partidista, la mentira y el oportunismo de muchos líderes e inversionistas. Estas circunstancias no han cambiado, se han agravado”, subrayaron los prelados al hacer referencia a su anterior declaración conjunta.
Al referirse a las palabras del papa Francisco sobre “un sistema económico que mata” y cómo esa estructura de injusticia ha agravado la situación provocada por los desastres naturales, los obispos católicos boricuas denuncian que “muchos mal llamados líderes en el país” lo que han mostrado es “insensibilidad ante el dolor” del pueblo puertorriqueño.
Crisis de Roselló
Los obispos, sin embargo, han dado pasos más adelantados a un llamado para dar un voto comprometido con la justicia y la libertad, y plantean que hay que trabajar en mecanismos y procesos que permitan, que propicien, la participación y fiscalización democrática de forma continua. El documento advierte que es importante desarrollar “estructuras y formas de participación ciudadana continua para vigilar y restaurar la confianza pública”. En particular, la carta hace marcada referencia al movimiento de pueblo ocurrido en el verano de 2019, que logró la salida del gobernador, Ricardo Roselló Nevárez, pero que dejó sin resolver muchos problemas por “la falta de espacios de transparencia y empoderamiento”.
Ante esa situación, los obispos dijeron que las “comunidades de base” de la Iglesia tienen tareas que llevar a cabo para “ir rompiendo esquemas de asistencialismo y paternalismo”.
Asimismo, frente a las elecciones, los creyentes tienen también la tarea de buscar líderes que vean las ayudas que remita Estados Unidos como oportunidad para promover “verdaderas estructuras de desarrollo digno e integral”.
Desde esa perspectiva, los obispos opinan que es importante que se consigan líderes que respeten “el orden inscrito por Dios en todas sus criaturas” y promuevan valores como la familia y la educación, el respeto a la vida desde su concepción.
De igual manera, hicieron un llamado a que la campaña electoral deje a un lado las tácticas de difamación y demagogia porque “eso puede distraer” de la discusión de los temas importantes.