Luis José Rueda: “El ADN de los bautizados es misionero”

Luis José Rueda: “El ADN de los bautizados es misionero”

En el marco de la semana vocacional de la Arquidiócesis de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio ha hecho un llamado a las familias y a todos los bautizados a asumir su vocación misionera.



Toda la Iglesia es misionera

Así lo ha manifestado el arzobispo durante la eucaristía dominical –televisada por el Canal RCN– el 18 de octubre: “la Iglesia es misionera toda, usted y yo, no solo nosotros los sacerdotes y las religiosas; usted como papá, usted como mamá, los jóvenes, los niños… el ADN de nosotros los bautizados es misionero“.

Con un particular reconocimiento a los agentes de pastoral de las Obras Misioneras Pontificias, el pastor ha hecho eco a la frase elegida por el papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones: “Aquí estoy, envíame”, la cual conecta –explicó Rueda– con la motivación de la semana vocacional arquidiocesana y con la labor de los animadores de la pastoral vocacional.

Encontrar la misión que corresponde a cada uno en la familia, en la Iglesia y en la sociedad, es un imperativo para los bautizados. De modo especial, el arzobispo de Bogotá les recordó a los jóvenes que “Dios los está llamando, Dios les da sentido a sus vida, y responderle a Dios, encontrar la propia vocación, nos hace felices”.

Familias misioneras

Al recordar que “la familia es una Iglesia doméstica misionera“, Rueda resaltó la labor de los padres como “misioneros de sus hijos que les enseñan a orar desde pequeños, a amar a los hermanos y a cuidar la casa común”. También los abuelos son “misioneros de sus nietos y de sus bisnietos”.

Asimismo, exhortó a orar por las vocaciones a la vida sacerdotal y a la vida consagrada, “para que muchas religiosas y religiosos se entreguen de lleno a la misión” y “sean obreros del Señor, constructores del Reino… Por eso decimos: Señor, envía obreros a tu mies, obreros dispuestos y felices de trabajar por el Señor y con la comunidad“.

Conocer, amar y servir

Rueda Aparicio también se puso en los zapatos de quienes poco o nada conocen sobre la misión. “¿Qué es la misión, para qué la misión?”, se preguntó, y respondió brevemente con tres verbos: “la misión es para conocer, amar y servir a Cristo”. Enseguida propuso realizar “una pequeña misión” con motivo de la semana vocacional y del mes del rosario y de las misiones: “enséñele a alguien a rezar el rosario“, fue su solicitud.

Todos podemos ser misioneros, es la consigna para esta semana vocacional, y “Colombia necesita misioneros del diálogo social y de la dignidad, de la casa común y del hogar”, pero también, urgen los “misioneros del pan compartido, porque muchos están sufriendo hambre; misioneros de la salud y la sabiduría (…); misioneros del trabajo y del techo (…); misioneros de la alegría y de la amabilidad, en medio de las dificultades y de los conflictos”.

Durante la celebración dominical, el arzobispo no dejó de pedir por la liberación de la religiosa colombiana Gloria Cecilia Narváez, de la congregación de las Franciscanas de María Inmaculada, secuestrada el 7 de febrero de 2017 en Malí por un grupo yihadista, y de quien se ha tenido noticias recientes de que continúa con vida aunque “su espíritu está cediendo” y “necesita atención médica”.

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