El asesinato del profesor de secundaria Samuel Paty en Conflans-Sainte-Honorine, a las afueras de París, ha conmocionado a la sociedad Francesa. El docente fue decapitado el pasado 16 de octubre en un acto de terrorismo islamista. Hecho que se produjo tras emplear el profesor en clase una caricatura de Mahoma para explicar la libertad de expresión.
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Mientras siguen las investigaciones –el autor material, Abdoullakh Abouyedovich Anzorov, un refugiado ruso de origen checheno que tenía 18 años, fue abatido por la policía–, las diócesis francesas de Versalles y Ruan han mostrado su pesar. Para el obispo de Versalles, Eric Aumonier, el acto terrorista “conmociona como a todos los ciudadanos apegados a los valores de libertad, igualdad y fraternidad”.
El prelado asegura sus oraciones a la familia, compañeros y estudiantes y a “todos aquellos a quienes este acto repugnante hiere profundamente en su interior”. “Todos juntos, creyentes de todas las religiones o no creyentes, es urgente unirse en el servicio de esta educación a la fraternidad que pertenecía a la vocación del Señor Paty”, añaden citando al papa Francisco.
Repulsa del fanatismo
El arzobispo de Ruan, Dominique Lebrun, ha transmitido “sus más profundas condolencias y su total solidaridad” especialmente a la comunidad educativa del Colegio de Bois d’Aulne, donde enseñaba Paty, en su demarcación diocesana. “Confiamos a la víctima y sus seres queridos a Dios. Rogamos a Dios que les conceda un camino de paz y consuelo”, añade.
El prelado ha participado con los líderes de otras religiones en un acto de repulsa del fanatismo en un monumento cercana a la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray donde fue asesinado el sacerdote Jacques Hamel. “La Diócesis de Rouen seguirá enseñando en sus escuelas, colegios y liceos los elementos fundadores de la fraternidad”, aseguró.
“Que el asesino y los que alimentan el fanatismo encuentren la luz en un auténtico encuentro con Dios. Dios nunca quiere la muerte, ni siquiera la muerte de los malvados. Quiere que la humanidad se aleje del mal para encontrar su vocación al amor”, desea el prelado.