Un 13% de quienes viven en la calle en España tienen menos de 25 años. El 20% del total de personas sin hogar son mujeres. Estos son los nuevos rostros del sinhogarismo en este escenario de pandemia, como ha alertado esta misma mañana Cáritas Madrid y Faciam (Federación de Asociaciones y Centros de Ayuda a Marginados) en una rueda de prensa celebrada en el comedor Luz Casanova con motivo del Día de las Personas Sin Hogar que se reivindica el próximo 25 de octubre.
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En el acto, Rosalía Portela, presidenta de Faciam, puso el acento también sobre los solicitantes de asilo y refugio y las familias sin hogar. La realidad es que la pandemia agrava el problema de estas personas, dejándolas en una situación de mayor vulnerabilidad, como han puesto de manifiesto ambas organizaciones en la presentación de la Campaña de las Personas Sin Hogar 2020, que este año lleva por lema ‘No tener casa mata’.
Cáritas Madrid y Faciam reivindican la vivienda como un derecho fundamental y animan a toda la sociedad a decir “basta”. “Las circunstancias sobrevenidas a raíz de la pandemia mundial provocada por el Covid-19 nos han resituado en un nuevo mapa histórico en el que emerge una sociedad mucho más frágil y vulnerable con una hoja de ruta más llena de incertidumbres que de certezas”, han destacado.
Enrique Domínguez, responsable de la Campaña de Personas Sin Hogar en Cáritas Española, ha defendido que “la vivienda es la primera barrera para evitar el Covid y como protección ante la vulneración de derechos”. Además, ha añadido “que no queremos olvidar los rostros concretos que hay detrás de las cifras, ante todo son personas”. Por eso, han intervenido cuatro rostros concretos.
Cuatro rostros
Alexandra Gutiérrez (colombiana, 27 años) es solicitante de asilo en España y llegó a nuestro país en 2019. Licenciada en química farmacéutica, cantante y actriz, reside actualmente en un piso tutelado de la Orden de San Juan de Dios. Salió de Colombia por amenazas políticas y acoso de homofobia.
Por su parte, Roberto (español, 56 años) se queda en situación de calle en 1996 al abandonar el domicilio familiar por problemas de consumo. Tras su recuperación y regreso al hogar, se separa de su mujer. En 2010 comete un delito por tráfico de drogas e ingresa en prisión por seis años. En 2019 ingresó en el albergue de San Juan de Dios.
Ana Rivas (española, 60 años) vive en el Centro de Servicios Sociales Luis Vives. Se quedó en situación de calle al comienzo de la pandemia al perder su trabajo, cuidando a un hombre mayor, interna en la casa familiar. Se vio obligada a dormir con su perro en la estación de autobuses y en otros lugares sin techo de Madrid.
Por último, Sebastián (español, 28 años) es transexual, lleva cuatro meses viviendo en el Centro residencial San Martín de Porres. Durante el confinamiento estuvo viviendo con su padre y abandonó la casa por conflicto familiar.
