Para Daniel Ibáñez, Francisco es “el papa de la alegría, un papa feliz, cuya mirada penetra en la mirada de la gente”. Así lo definió el fotógrafo palentino de 28 años que trabaja en Roma para las agencias del Grupo ACI y de EWTN (Eternal Word Television Network). Ibáñez fue el protagonista del II Coloquio Confer de Comunicación, un profesional que habitualmente cubre todos los actos vinculados al Vaticano lo que le ha llevado a publicar un trabajo foto-periodístico bajo el título “7 años del Papa Francisco”, una muestra que resume los años del actual pontificado.
- DOCUMENTO: Texto íntegro de la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco (PDF)
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“Eso no quita que el Papa se enfade y esté triste. Por ejemplo, el coronavirus le ha impedido acercarse a la gente y se le nota que está sufriendo en las audiencias”, añadió.
El único fotógrafo español en estar acreditado de forma permanente en la Santa Sede relató cómo es trabajar siguiendo al Papa, así como la oportunidad que tuvo de hablar con él y de participar como católico y sin cámara en una de las misas matutinas de Santa Marta: “Ocupé el último sitio. Cuando le pude saludar, le pedí si podía darle un abrazo y me la dio”.
Reforma prolongada
El fotoperiodista admitió que a sus compañeros italianos les costó acogerle como profesional por el hecho de ser extranjero. ¿Al Papa le habrá ocurrido igual? “Sí, en el fondo el Papa es un inmigrante en el Vaticano” dejó caer. “Estamos viviendo una reforma en la Curia que se está prolongando y se prolongará. Tenemos Papa para rato, aunque tenga solo un pulmón y no pueda ir en quinta, va en tercera o en cuarta, y de ahí no baja”.
Entre las imágenes de Francisco que más le han impactado, destacó el enfermo de Lourdes que bendijo al propio Papa el pasado mes de febrero, o sus encuentros con los niños. “Es un Papa muy empático, que se pone en tu lugar y escucha mucho”, añadió.
Dejarse sorprender
“Después de cubrir tantos actos, me he convertido en la ‘Wikipedia’ para algunos fotógrafos porque no cubren diariamente los actos religiosos ni tampoco tienen esa cultura litúrgica que les impide captar los momentos importantes”, subraya.
Además, Ibáñez también compartió su experiencia de fe, desde su infancia en un colegio de La Salle hasta su participación en las JMJ como un joven más, lo que le permitió descubrir a “un Dios que, si te dejas sorprender, te ofrece cosas increíbles”.
