Vaticano

Juan Carlos Cruz: “El papa Francisco solo pide no discriminar a nadie por ser gay o por cualquier otra razón”





La presentación del documental ‘Francesco’ en el Festival de Cine de Roma ha dado la vuelta al mundo. ¿El motivo? La inclusión en la cinta de unas declaraciones del Papa en las que se muestra a favor de las reformas legislativas sobre las uniones civiles entre homosexuales. En la puesta de largo de la película se encontraba Juan Carlos Cruz, que no fue consciente del revuelo que se generaría después.



Cruz es superviviente de los abusos sexuales en la Iglesia y su testimonio sobre el papel que jugó el Papa en este proceso forma parte de la cinta. Además, ha experimentado también la cercanía de Jorge Mario Bergoglio con el colectivo LGTBI, pues un encuentro con él hizo que por primera vez los focos mediáticos apuntaran a su persona. A Juan Carlos no se le borra ni un instante aquellas palabras: “Me dijo ‘es Dios quien te hizo gay, y te ama’”.

PREGUNTA.- ¿Se esperaba que las palabras del Papa sobre las uniones homosexuales dieran la vuelta al mundo tan rápido?

RESPUESTA.- No me lo podía imaginar. Sobre todo, porque el documental es mucho más que eso. La película dibuja un perfil de Francisco en el que se reflexiona su papel en crisis como la de los Rohingya, su lucha contra la pederastia o su apuesta por el diálogo interreligioso con judíos y musulmanes. Creo que detrás de todo este alboroto están los grupos tradicionalistas que siempre buscan generar controversia en torno a lo que dice o hace.

P.- ¿Pero el Papa dice lo que dice?

R.- Por supuesto, pero no coincide con la interpretación que se ha hecho en algunos foros. Francisco habla del hecho de no discriminar a nadie, seas gays o pertenezcas a cualquier otro colectivo. Y el hecho de que se muestre a favor de que haya una normativa civil que regule los derechos del colectivo LGTBI, hasta donde conozco, no supone una ruptura con la doctrina católica ni pretende ser el punto de partida para una reforma. Al menos yo lo entiendo así. Simplemente es una invitación a respetar la dignidad del otro y a acoger a todos como hijos de Dios y de la Iglesia.

P.- ¿Y por qué sigue sorprendiendo que el Papa se pronuncie sobre esta cuestión?

R.- Porque hablar de homosexualidad en la Iglesia continúa siendo un tema tabú. Si a eso unes la polarización que hay dentro de los muros religiosos y la guerra cultural que hay abierta fuera, ya tienes la fórmula perfecta para poner en el disparadero a Francisco como si se saliera del tiesto, cuando no es así. Más bien, quieren utilizar cada una de sus manifestaciones contra él. En cualquier caso, yo me alegro de que sea valiente y hable con naturalidad de este tema, porque así contribuye a normalizarlo. Necesitamos a un Papa como él que llame al pan, pan y al vino, vino.

P.- Tal vez en esta acogida a los homosexuales en la Iglesia no se vea comprendido por parte del clero…

R.- No lo creo así. Pienso que la mayoría de los católicos, tanto los consagrados como los cristianos de a pie, sienten a los homosexuales como sus hermanos. El problema es que hacen más ruido aquellos que no quieren salirse de sus parámetros tradicionales. Son una minoría vociferante, pero estoy convencido de que la apuesta del Papa, que es la del Evangelio, de amar y respetar a toda persona humana es la que permanecerá con el tiempo.

P.- El arzobispo alemán de Dresde, Heinrich Timmerevers, tiene entre manos un proyecto pastoral que busca incluir una bendición para las parejas homosexuales. Esto iría más alLá de la reflexión papal y hay quien lo puede tachar de escándalo o de sacrílego.

R.- Aquí te puedo ofrecer mi mirada más personal. A todo aquel que viva una relación estable, independientemente de su identidad sexual, no se le puede marginar en ningún espacio. En este sentido, creo que ‘decir bien’ –eso es una bendición– de una pareja homosexual que vive su vida en coherencia con el Evangelio no tiene porqué ser un problema.

P.- Habla de una relación estable. Sin embargo, no pocos católicos identifican homosexualidad con una conducta y vida desordenadas…

R.- Ese calificativo se cae por su propio peso. Hay vidas desordenadas en todos los ámbitos de la sociedad. ¿O no hay heterosexuales desordenados? Echar la culpa a todo el colectivo LGTBI por los comportamientos de unos pocos es como estigmatizar a cualquier otro grupo.

P.- En realidad, usted participa en el documental, no por su condición homosexual, sino como superviviente de la pederastia en el seno de la Iglesia…

R.- Cuento mi historia personal en la que Francisco tienen un papel fundamental, convirtiéndose en un pilar, no solo para mí, sino en la lucha contra esta lacra. Lo he experimentado en primera persona. Por eso me duele que se le juzgue con tanta facilidad. En materia de abusos sexuales, lo está haciendo muy bien, pero lamentablemente no todos sus colaboradores van al mismo ritmo y con la misma sintonía. Sé de cardenales y obispos que le dicen ‘adelante’ y se comprometen a trabajar delante suya, y cuando llegan de nuevo a sus países, siguen actuando como antes. No tomar cartas en el asunto es una forma de traición y yo he visto al Papa sufrir horriblemente por esta situación.

P.- Víctima de Karadima, sus denuncias supusieron un antes y un después en la lucha contra los abusos y en la percepción que Francisco tenía del problema…

Efectivamente, supuso un cambio en el Papa y en la Iglesia. Siempre se podría hacer más, pero a Francisco no se le puede pedir más. Me da pena que tenga que lidiar constantemente con problemas y sabiendo que no toda la gente que le rodea tiene la mejor intención.  Y eso que yo no tengo problema en decirle a la cara que se deben tomar más medidas y hacer más justicia con las víctimas, pero cuando miro todo lo que ha hecho, le admiro. Por ejemplo, la carta apostólica ‘Vos estis lux mundi’, levantar el secreto pontificio…

P.- Defiende al Papa, aunque nadie como usted tendría argumentos para atacarle a él y a toda la Iglesia…

R.- Hay quien me dice que tengo el síndrome de Estocolmo, pero lo voy a defender hasta la muerte. Aunque suene arrogante, si puedo ayudarle en algo, aquí me tiene cien por cien.  Yo nunca dejé de creer ni perdí la fe, pero gracias a él he recuperado mi dignidad, he solidificado mi amor por el Señor y por María, pero también he recuperado la confianza en la Iglesia, gracias a tanta gente que es buena y que están demostrando en su día que es posible limpiarla de tanta corrupción podredumbre.

P.- ¿Considera que Francisco ya no puede hacer más?

R.- Insisto en que no se le puede pedir más, pero él hace mucho más. Me impresiona la fortaleza que tiene, que solo puede venir de un hombre de Dios. Tengo amigos no católicos que están impactados por sus palabras durante la pandemia y para quienes el Papa se ha convertido en un referente desde que hizo la celebración con la Cruz en la plaza de San Pedro.

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