“Tales declaraciones generan gran desconcierto y causan confusión y error entre los fieles católicos”. Es la valoración que ha hecho el cardenal estadounidense, afincado en Roma, Raymond Leo Burke, tras publicarse el documental, “Francesco” de Evgeny Afineevsky sobre las uniones civiles entre homosexuales. En una declaración publicada en su web y en la versión inglesa de ‘La nuova Bussola Quotidiana’, el purpurado declara que “el contexto y la ocasión de tales declaraciones las hacen carentes de todo peso magisterial. Debiéndose interpretar como simples opiniones privadas de la persona que las hizo”.
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En este sentido, esta fue una de las prioridades a combatir por el exnuncio en los Estados Unidos, Carlos María Viganó. Entonces, durante el viaje al país del papa Francusco, preparó cierta encerrona al hacer que el pontífice saludara a Kim Davis, la funcionaria de Kentucky que se negaba a inscribir a homosexuales.
Frente a la tradición
Para Burke, las palabras de Francisco son “contrarias a la enseñanza de la Sagrada Escritura y de la Sagrada Tradición, y del reciente Magisterio por el cual la Iglesia custodia, protege e interpreta todo el depósito de fe contenido en la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición”. El cardenal reprocha a Francisco que “causan asombro y error con respecto a la enseñanza de la Iglesia entre las personas de buena voluntad, que desean sinceramente saber lo que enseña la Iglesia Católica, e imponen a los pastores de almas el deber de conciencia de hacer las oportunas y necesarias aclaraciones”.
Burke afirma que “estas declaraciones no comprometen, en modo alguno, las conciencias de los fieles, que más bien están obligados a adherirse con sumisión religiosa a lo que enseñan la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición y el Magisterio ordinario de la Iglesia sobre la materia en cuestión”. En este sentido, el purpurado acude al Catecismo de la Iglesia Católica o algunos documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Confusión y error
“La fe católica enseña a los fieles a odiar el pecado pero a amar al pecador”, son algunas de las máximas que cita el cardenal. Y es que, señala, “los fieles y, en particular, los políticos católicos están obligados a oponerse al reconocimiento legal de las uniones homosexuales”. “El derecho a formar una familia no es un derecho privado a reivindicar sino que debe corresponder al designio del Creador que ha querido al ser humano en la diferencia sexual”, añade. “Hablar de unión homosexual, en el mismo sentido que unión conyugal de los casados, es, de hecho, profundamente engañoso, porque no puede haber tal unión entre personas del mismo sexo”, sentencia.
“Es motivo de la más profunda tristeza y apremiante preocupación pastoral que las opiniones privadas presentadas con tanto énfasis por la prensa y atribuidas al Papa Francisco no correspondan a la enseñanza constante de la Iglesia, como se expresa en la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición y está custodiado, protegido e interpretado por el Magisterio”, lamenta. Para Burke es “igualmente triste y preocupante” todo “el revuelo, la confusión y el error que causan entre los fieles católicos, como lo es el escándalo que provocan, en general, al dar la impresión totalmente falsa de que la Iglesia Católica ha tenido un cambio de rumbo, cambiando su enseñanza perenne con respecto a cuestiones tan fundamentales y críticas”, concluye..