El arzobispado de Granada estudia la beatificación de la “vidente” Rosario Granados

El arzobispado de Granada estudia la beatificación de la “vidente” Rosario Granados

El Arzobispado de Granada ha anunciado hoy, 23 de octubre, la apertura del periodo para comunicar cualquier información útil, a favor o en contra, así como elementos que permitan la apertura de un posible estudio de causa diocesana de beatificación de Rosario Granados, conocida como la “vidente” de Nuestra Señora del Espino.



De esta manera, la Diócesis ha pedido que, aquellos que estén en disposición de información, se dirijan a la Secretaría General del Arzobispado, en el correo electrónico secretariageneral@archidiocesisgranada.es o en el teléfono 958 216 323.

Rosario Granados es conocida como “vidente” de Nuestra Señora del Espino, en Chauchina, de cuyo fallecimiento se cumplirán cien años en 2021. Su fama de santidad la precedió incluso en vida, sobre todo cuando perdonó al asesino de su hijo, quien llegó a su casa pidiéndole refugio porque había matado involuntariamente a un hombre en una taberna y le perseguían. El hombre era el hijo de Granados, que se enteró después de lo que había hecho el hombre al que refugiaba. Sin embargo, permitió que se fuera sin denunciarle, dándole su perdón.

La aparición de la Virgen

En 1903, le aparecieron a Granados tres llagas varicosas en su pierna izquierda, que la llevaron a estar ingresada durante siete meses en el Hospital San Juan de Dios de Granada, de donde recibe el alta por no hallar curación. Vuelve a Chauchina y allí se ve obligada a retirarse sola cada día, debido al mal olor que desprenden las llagas.

Sin embargo, el Lunes Santo de 1906, mientras iba a curárselas, se encontró con una señora vestida de negro que le pidió que la acompañase al cementerio. Juntas rezaron el rosario y, después, la mujer le pidió a Granados que le enseñase la pierna. Granados se encontró sin vendas, con las llagas curadas y pudiendo caminar. La mujer que la había curado nunca volvió a aparecer, corriendo rápidamente la voz por la localidad de que había sido la Virgen quien había curado a Rosario.

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