A través de una carta dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal y obispo castrense de Chile, Santiago Silva Retamales, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) se ha sumado a las múltiples voces de solidaridad y cercanía con la Iglesia chilena ante los recientes actos de violencia y la agresión contra los templos de las parroquias de la Asunción de la Virgen María y San Francisco de Borja.
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“Condenamos este y cualquier acto de sacrilegio o profanación que atente contra la vida espiritual de los fieles y el trabajo evangelizador de la Iglesia“, han manifestado los obispos de la Presidencia del CELAM, en cabeza del peruano Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo, “especialmente en estos difíciles tiempos de pandemia que nos toca vivir”.
Acto demencial
El CELAM ha calificado como “acto demencial” lo ocurrido el pasado 18 de octubre, cuando los incendios provocados destruyeron total mente ambos templos parroquiales. En este sentido ha afirmado que “la agresión contra estos dos templos, lesiona profundamente al pueblo de Dios en Chile“.
Por otra parte, al igual que otras conferencias episcopales de América Latina, ha expresado su voz de solidaridad con el presidente de la Conferencia de Chile, con la comunidad arquidiocesana que lidera Celestino Aós, su arzobispo, y con toda la Iglesia del país “que de manera indesmayable acompaña a su pueblo y más aún en los duros rigores de la pandemia”.
Ante la gravedad de lo sucedido, los obispos latinoamericanos también han hecho un llamado a las autoridades correspondientes para que “esclarezcan lo más pronto posible este hecho de violencia, que no se puede aceptar de ninguna manera, venga de donde venga“.
“Todos debemos seguir haciendo esfuerzos por vivir en paz, armonía y trabajar por el progreso de nuestros pueblos“, ha sido la invitación del CELAM, porque, como dijo el papa Francisco en su discurso en Filadelfia, en 2015, es necesario “unir voces para clamar por la paz, la tolerancia y el respeto a la dignidad y derechos de los demás”.