El papa Francisco ha enviado un mensaje a los participantes en el encuentro internacional del Movimiento de los Focolares, organizado en colaboración con el Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, el Movimiento Católico Mundial por el Clima y EcoOne, que ha dado comienzo hoy, 23 de octubre, en Castel Gandolfo con el tema ‘Nuevos caminos hacia la ecología integral: cinco años después de Laudato si’.
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“Este encuentro aborda una visión relacional de la humanidad y el cuidado de nuestro mundo desde diversas perspectivas: ética, científica, social y teológica”, dice Francisco, quien ha recordado “la convicción de Chiara Lubich”, fundadora del Movimiento de los Focolares, de que “el mundo creado lleva en sí mismo un carisma de unidad”. “Confío en que su perspectiva pueda orientar su trabajo en el reconocimiento de que ‘todo está conectado’ y que la preocupación por el medio ambiente debe ir unida a una amor al prójimo y compromiso inquebrantable en la resolución de los problemas de la sociedad“, subraya Francisco, haciendo referencia a ‘Laudato Si’.
Afrontar los desafíos sociales y climáticos
Asimismo, el Papa señala en su mensaje que, entre esos problemas, “se encuentra la urgente necesidad de un paradigma socioeconómico nuevo y más inclusivo que refleje la verdad de que somos una sola familia humana, compañeros de viaje compartiendo la misma carne, hijos de la misma tierra que es nuestra casa común”. Una solidaridad entre las personas y con el entorno que “exige una firme voluntad de desarrollar e implementar medidas prácticas que fomenten la dignidad de todas las personas en sus relaciones humanas, familiares y laborales, al mismo tiempo que luchan contra las causas estructurales de la pobreza y el trabajo para proteger el medio ambiente natural”.
“Alcanzar una ecología integral”, concluye el Papa, “exige una profunda conversión interior tanto a nivel personal como comunitario”. Y es que, al examinar “los grandes desafíos que enfrentamos en este momento, incluido el cambio climático, la necesidad de un desarrollo sostenible y la contribución que la religión puede hacer a la crisis ambiental”, se hace fundamental “romper con la lógica de la explotación y el egoísmo y promover la práctica de un estilo de vida sobrio, sencillo y humilde “.
