En el marco de un encuentro con el sacerdote franciscano Gabriel Gutiérrez, conocido como fray Ñero, Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, ha expresado su solidaridad y compromiso a los habitantes de calle, quienes en tiempos de pandemia han llevado la peor parte.
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“A los migrantes, indígenas, desplazados, comunidades LGTBI, mujeres en condición de prostitución, vendedores ambulantes, artistas callejeros, a todos los excluidos, les quiero decir que los amo en nombre de Cristo, quiero abrir mi corazón cada día más para amarlos, que no tengo la solución a todos sus problemas, pero quiero acompañarlos”, ha expresado.
Un corazón callejero
Bogotá alcanza una cifra de 10.000 personas en situación de calle, por ello el prelado ha extendido esta invitación de callejear la fe a toda la Iglesia arquidiocesana: seminaristas, vida consagrada y laicos para “abrir nuestro corazón, liberarlo de todo egoísmo y tener un corazón callejero”.
Además aprovechó la ocasión para agradecer a fray Gutiérrez por su labor con los habitantes de calle y aceptó su invitación para seguir en esta misión: “Usted, fray Ñero, me enseñó que la calle no pica, que la calle muerde de día y noche”, por tanto “tiene que morder en el alma de todos los seguidores de Cristo, porque los que están las calles están clamando”.
Foto: Franciscanos de Bogotá