Horror en Camerún: asesinan a seis niños en una escuela

Camerún

Una de las consecuencias más funestas del colonialismo en Camerún se expresa en la tensión latente desde 1961, cuando surgió como un Estado independiente lo que habían sido en la práctica dos naciones separadas, una con una mayoritaria población autóctona francófona (al bajo el dominio de los franceses) y la otra de clara ascendencia anglófona (al estar controlados por ingleses y alemanes). Hasta tal punto llega la división, creciente en los últimos años, que proliferan grupos secesionistas en la región anglófona (en el occidente del país) que proponen la creación de un Estado independiente que se llamaría Ambazonia.



Una independencia que, en los casos más extremos, llegaría por la fuerza, gracias al impacto de acciones terroristas. La última se ha dado con un brutal atentado en la localidad de Kumba, donde, el pasado 24 de octubre, un grupo de hombres armados entraron en el colegio Academia Bilingüe Internacional Madre Francisca y asesinaron a tiros y machetazos a seis niños de entre nueve y 12 años, hiriendo al menos a otra docena.

Guerra contra el Estado

En conversación con Vida Nueva, una fuente eclesial interna que prefiere mantener su anonimato por cuestiones de seguridad describe el horror que se vive en la parte occidental de Camerún: “La última crisis en la parte inglesa de Camerún se extiende desde hace ya cuatro años [cuando el presidente, Paul Biya, anunció que profesores de lengua francesa darían clase en centros anglófonos]. Son una minoría que reclama derechos en lo que no dejar de ser una guerra contra el Estado y los militares. Los responsables son los llamados Ambazonizian Army. No nos están poniendo las cosas nada fáciles a los ciudadanos, que vivimos entre el miedo y la incertidumbre”.

Una situación que padecen especialmente los grupos más vulnerables, con una incidencia aún mayor entre los más pequeños: “Muchos niños llevan cuatro años sin pisar los colegios. En cuanto a sus padres, muchos se han quedado sin trabajo. A la pérdida inmensa que suponen las vidas humanas arrebatadas, se une la destrucción de viviendas, lo que hace que muchos ciudadanos hayan huido y estén refugiados en la parte francesa, viviendo en perores condiciones. Las lágrimas son sus alimentos de cada día y, mientras, las balas no cesan de penetrar los cuerpos de los inocentes y vulnerables, especialmente los niños, que luchan por su futuro”.

Ataque sin piedad

Sobre el último ataque a la escuela infantil, la fuente muestra un dolor sin consuelo: “Han ocurrido muchas cosas estos años, pero esto ha sido el colmo. Esos hombres masacraron brutalmente a niños de primaria e infantil sin piedad, sin un mínimo respeto por la dignidad humana. Estos angelitos no tenían ningún arma para defenderse… Solo sus cuadernos y bolígrafos, las ‘armas’ que tienen para luchar por su futuro”.

Finalmente, esta fuente también se muestra crítica con las autoridades locales: “Este curso, como siempre, animaron a los padres para que mandasen a los niños al colegio, prometiéndoles seguridad. Pero la realidad es que esta ‘seguridad’ parece una forma indirecta de eliminar a los niños del mapa… Lo que parece mentira en un país democrático. ¿Dónde están los que luchan por los derechos humanos, por los niños? Es hora de levantarse y poner fin, sin miedo, a esta situación. Estamos cansados de tanta ‘teoría’”.

El luto del obispo

En declaraciones a Fides, el obispo de Kumba, Agapitus Nfon, se ha sumado al lamento por el atentado en la escuela y lo ha definido como “el día más oscuro y triste” en la región, lanzando dos preguntas punzantes al Gobierno local: “¿Cuánto tiempo estarán al margen las autoridades? ¿Tendrán que volver a morir nuestros hijos antes de hacer nada?”.

“Por este acto de barbarie –concluye–, la gente de Kumba está llorando y toda la diócesis está de luto; nuestros corazones están destrozados porque nuestros niños inocentes ya no están allí”.

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