“Jesús no es un Dios lejano y no puede serlo, no tomó distancia del pueblo pecador y desobediente, sino que se unió a su oración, y se sumergió en las mismas aguas de purificación, no por sí mismo, sino por todos nosotros, los pecadores”. Así lo ha recordado esta mañana el papa Francisco en la audiencia general en el Aula Pablo VI que hoy se ha adelantado media hora y en la que, una vez más, ha evitado acercarse a los fieles presentes para evitar aglomeraciones, a los que ha pedido perdón, pero manda “la gran señora que se llama Covid”. Durante su catequesis, el Pontífice ha continuado su ciclo sobre la oración .
En las catequesis sobre la oración, después de haber recorrido los testimonios del Antiguo Testamento, hoy el Papa se ha detenido en Jesús, “que sí quiso comenzar su misión pública en el río Jordán, donde el pueblo reunido en espíritu de oración recibía de Juan un bautismo de penitencia”, ha explicado. Y, “aunque Jesús no lo necesitaba, quiso ser bautizado en obediencia a la voluntad del Padre y en solidaridad con nuestra condición humana”, ha añadido.
Según sus palabras, “ya desde el inicio de su misión, quiso ponerse a la cabeza del pueblo penitente, para abrirle camino e invitarlo a seguirlo”. “Esta es la novedad de la plenitud de los tiempos –ha continuado–: el Hijo de Dios bajó del cielo por todos nosotros, hombres y mujeres, haciéndose nuestro hermano, y continúa elevando su oración filial al Padre junto con la humanidad y por toda la humanidad”.
Francisco ha señalado que “san Lucas evidencia el clima de oración en el que se dio el bautismo: mientras Jesús estaba en oración, se abrió el cielo y descendió el Espíritu Santo, y se oyó la voz del Padre, que proclamó la verdad sobre Él: ‘Tú eres mi Hijo, el amado, en ti me complazco'”. Por eso, “en todos los momentos de la vida terrenal de Jesucristo, incluso en los más duros y amargos, Él no estaba solo y sin refugio: Él vivía en el Padre, y su oración personal se transformará, en Pentecostés, en la oración de todos los bautizados en Cristo”, ha agregado.
En su saludo a los peregrinos de lengua española, Jorge Mario Bergoglio ha pedido que “el Señor Jesús nos conceda la gracia de hacer que su oración, que es diálogo de amor con el Padre, se convierta también en nuestra, con la seguridad de que Dios nos ama, nos perdona y nos invita a vivir como hijos e hijas suyos en intimidad con Él”.
En sus saludos, el Papa también ha condenado el brutal atentado en la localidad de Kumba (Camerún), donde, el pasado 24 de octubre, un grupo de hombres armados entraron en el colegio Academia Bilingüe Internacional Madre Francisca y asesinaron a tiros y machetazos a seis niños de entre nueve y 12 años, hiriendo al menos a otra docena. Bergoglio ha pedido que las regiones de habla inglesa de Camerún encuentren la paz y no vuelvan a morir niños.