“Deseo expresar mi cercanía a la comunidad católica de Niza, que está de luto a causa del ataque que ha sembrado muerte en un lugar de oración y consuelo. Rezo por las víctimas, por sus familias y por el amado pueblo francés, para que pueda responder al mal con el bien”. Así se ha expresado el papa Francisco en Twitter tras conocer el atentado islamista en la basílica de Notre Dame en Niza que sobre las 09:00 horas ha acabado con la vida de tres personas.
Apenas dos semanas después del asesinato del profesor Samuel Paty, quien fue decapitado a las afueras de París por enseñar a sus alumnos unas viñetas de Mahoma en una lección sobre la libertad de expresión, el terrorismo islamista ha vuelto a golpear Francia.
Tras los momentos iniciales de desconcierto y la disparidad en las informaciones periodísticas sobre el número de víctimas, la policía local ha confirmado que son tres (dos mujeres y un hombre), además de varios heridos. Entre los asesinados, estaría una mujer que habría sido decapitada. También parece claro que el autor habría sido un individuo que habría llegado al templo con un cuchillo y, al grito de “¡Alá es grande!”, habría tratado de asesinar al mayor número de fieles posible.
Concluido el ataque, el presunto agresor habría tenido tiempo de huir, aunque, apenas unos minutos después, habría sido detenido por la policía. En el enfrentamiento habría resultado herido de gravedad, encontrándose ahora mismo hospitalizado.
La localidad francesa de Niza ya padeció el terror yihadista hace cuatro años, el 14 de julio de 2016, cuando, con las calles llenas en plena fiesta nacional (se conmemoraba la toma de la Bastilla), un camión arrolló a la multitud, dejando un rastro de 86 muertos y más de 400 heridos.