Apenas dos semanas después del asesinato del profesor Samuel Paty, quien fue decapitado a las afueras de París por enseñar a sus alumnos unas viñetas de Mahoma en una lección sobre la libertad de expresión, el terrorismo islamista ha vuelto a golpear Francia. Y es que, hace apenas una hora, un supuesto yihadista habría asesinado a tres personas ante la basílica de Notre Dame, en pleno centro de Niza.



Tras los momentos iniciales de desconcierto y la disparidad en las informaciones periodísticas sobre el número de víctimas, la policía local acaba de confirmar que son tres (dos mujeres y un hombre), además de varios heridos. Entre los asesinados, estaría una mujer que habría sido decapitada. También parece claro que el autor habría sido un individuo que habría llegado al templo con un cuchillo y, al grito de “¡Alá es grande!”, habría tratado de asesinar al mayor número de fieles posible.

Detenido por la policía

Concluido el ataque, el presunto agresor habría tenido tiempo de huir, aunque, apenas unos minutos después, habría sido detenido por la policía. En el enfrentamiento habría resultado herido de gravedad, encontrándose ahora mismo hospitalizado.

Entre las primeras muestras de duelo a nivel internacional, está la del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien ha dejado este mensaje en Twitter: “Seguiremos defendiendo la libertad, nuestros valores democráticos, la paz y seguridad de nuestra ciudadanía. Unidos frente al terror y el odio. Mi afecto y solidaridad con las víctimas del ataque perpetrado hoy a las puertas de la iglesia de Notre-Dame en Niza. Nous Sommes Unis”.

Un dolor al que, también en Twitter, se ha sumado su vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias: “Terribles las noticias que llegan desde Francia. Todo mi cariño a los familiares y amigos de las víctimas de Niza y al conjunto del pueblo francés. Liberté, Égalité, Fraternité“.

Otro grave atentado en 2016

La localidad francesa de Niza ya padeció el terror yihadista hace cuatro años, el 14 de julio de 2016, cuando, con las calles llenas en plena fiesta nacional (se conmemoraba la toma de la Bastilla), un camión arrolló a la multitud, dejando un rastro de 86 muertos y más de 400 heridos.

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