“Los asesinatos perpetrados esta mañana en la basílica de Notre Dame de Niza sumen a la Conferencia Episcopal de Francia en una inmensa tristeza”. Así lo han manifestado los prelados en un comunicado, en el que subrayan que sus “pensamientos y oraciones están con las víctimas, los heridos, sus familias y seres queridos”.



“Estas personas fueron agredidas y asesinadas porque estaban en la Basílica, por eso representaban un símbolo para ser destruidos”, continúan. Asimismo, subrayan que “estos asesinatos nos recuerdan el martirio del padre Jacques Hamel, quien fue víctima de un atentado islamista en la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray en 2016.

“A través de estos horribles actos”, afirman los obispos, “todo nuestro país se ve afectado”. “Este terrorismo tiene como objetivo instalar el miedo en toda nuestra sociedad”, subrayan, por lo que “es urgente que se detenga esta gangrena”. Pero, además, señalan que es urgente “encontrar la fraternidad indispensable que nos mantendrá a todos en pie frente a estas amenazas”.

“Bienaventurados los perseguidos”

“A pesar del dolor que se apodera de nosotros, los católicos nos negamos a ceder al miedo y, con toda la nación, queremos hacer frente a esta amenaza ciega y traicionera”, aseveran.

Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, Éric de Moulins-Beaufort, ha constatado en Twitter que su oración está “con las víctimas y sus seres queridos”. “El domingo, día de Todos los Santos, escucharemos del Señor: Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Felices si son perseguidos por mi causa, porque su recompensa será grande en los cielos”, ha escrito el prelado.

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