Aunque tiene 73 años y no presenta ninguna enfermedad considerable, el obispo de la diócesis de Ascoli Piceno (Italia), Giovanni D’Ercole ha presentado su renuncia y esta ha sido aceptada por el papa Francisco. “Esta renuncia es una elección difícil, dolorosa pero profundamente libre, inspirada en el servicio de la Iglesia y no por intereses personales”, ha explicado en un vídeo que se ha difundido tras conocerse la noticia.
Un paso al frente en el que quiere desmarcase del rumbo de la Iglesia que “en un momento difícil como este, en el que reina la confusión, hay mucho miedo en la sociedad y siento profundamente la necesidad de dedicarme a la oración”, apunta. Por ello, el prelado ha comunicado que se retirará a un monasterio para “acompañar el camino de la Iglesia de una manera más intensa en meditación, contemplación y silencio”. Un periodo de discernimiento que le puede llevar a dar nuevos pasos.
D’Ercole entregó su carta de dimisión al papa Francisco el pasado 13 de octubre, donde presentó su principal motivo: Q, añadió. “Estaré aún más cerca de la diócesis, de cada uno de ustedes con mis oraciones”, termina señalando. De momento, el administrador apostólico será el obispo de Rieti, Domenico Pompili.
“Ante situaciones imprevistas y llenas de trabajo y derrotas humanas, mientras se realizaban todos los esfuerzos, sentí que esto no era suficiente”, confesaba el obispo emérito que ha vivido la reconstrucción de un terremoto y ha vivido la pandemia, donde ha sido combativo con las restricciones de culto decretadas por las autoridades. En sintonía con los superiores de los orionistas, a la que pertenece el prelado, se retirará “por un cierto período, a un monasterio de África”.