“Rogamos a Dios que derrame su gracia en el pueblo francés para que aplaque el corazón de los violentos y brote el respeto a la verdad, la justicia y los derechos humanos”. Esta es la oración que los obispos españoles elevan ante el atentado que ayer acabó con la vida de tres personas en la basílica francesa de Nuestra Señora de la Asunción, en Niza.
Así se refleja en una carta que el cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española y Luis Argüello, secretario General, enviaron ayer por la tarde a Éric de Moulins-Beaufort, presidente de la Conferencia Episcopal de Francia.
En ella, los prelados llegan a “manifestarle nuestra fraternidad y cercanía a usted y a todos nuestros hermanos de Francia, en estos momentos difíciles a causa de los diversos atentados por motivos religiosos” que han tenido lugar estos días, refiriéndose también al asesinato del profesor Samuel Paty.
En la misiva, escrita “en nombre de los obispos de la Conferencia Episcopal Española, y en el de toda la Iglesia católica en España”, muestran la unidad de los cristianos españoles frente “al dolor del pueblo católico por los ataques sufridos”.