Cecilia Marogna, la bautizada como ‘dama’ del cardenal Giovanni Angelo Becciu, ha sido, finalmente, puesta en libertad después de pasar 17 días en prisión preventiva por, según la Fiscalía de Milán, “peligro de fuga”, a la espera de una posible extradición al Vaticano que aun no ha llegado. Eso sí, dentro de las medidas cautelares para impedir su huída de Italia, Marogna deberá personarse en los juzgados para firmar cada día. Mientras, la defensa insiste en que Italia no tiene potestad para extraditarla al Vaticano.
- DOCUMENTO: Texto íntegro de la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco (PDF)
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
La mujer, acusada de malversación tras recibir medio millón de euros de los fondos del Vaticano, ingresaba en prisión el pasado 13 de octubre y, según sus abogados han señalado a los medios, su puesta en libertad supone “el fin de una situación deplorable e incivilizada”, ya que “no ha podido leer, como ninguna otra persona en Italia, la orden de detención por parte del Vaticano”.
Fondos reservados
Sin embargo, la ‘amiga’ del cardenal Becciu, ex prefecto para la Congregación de la Causa de los Santos, ha sido investigada por la Santa Sede tras recibir grandes sumas de dinero de los fondos reservados a través del purpurado, supuestamente para operaciones humanitarias secretas en Asia y África. Una operación por la que fue detenida en Milán por la policía italiana por una orden de captura internacional vaticana.
Becciu, que según los medios italianos la presentaba en el Vaticano como su sobrina, ha aclarado que las relaciones con la mujer eran estrictamente institucionales e incluso ha llegado a dar a entender que fue engañado por ella. El ex prefecto le entregó el montante de los fondos reservados de Secretaría de Estado para financiar la liberación de sacerdotes secuestrados en todo el mundo. Sin embargo, el gasto no ha ido a parar a tal fin sino a importantes firmas como Chanel o Prada, puesto que la ‘dama’ gastó al menos 200.000 euros de ese dinero en bolsos, cosméticos y zapatos de lujo.