México

Guía para celebrar en familia la Solemnidad de Todos los Santos en México





La Comisión para la Pastoral Litúrgica dio a conocer un subsidio para orar en familia en la Solemnidad de Todos los Santos durante la emergencia sanitaria, que pretende ser una ayuda para todos los fieles, especialmente las familias, presuponiendo que también tomarán parte en la transmisión de las celebraciones litúrgicas.



La guía busca que los fieles puedan reunirse en familia para orar juntos, a propósito principalmente de lo que la Palabra de Dios presenta para este Domingo: “La carne del Señor es verdadera comida y su sangre es verdadera bebida; este es el verdadero bien que se nos da en la vida presente, alimentarse de su carne y beber su sangre, no solo en la Eucaristía sino también en la lectura de la Sagrada Escritura.

“Por esta razón -explica la comisión episcopal– será tan importante que todos los fieles, mejor si es en familia, puedan escuchar toda la Palabra de Dios prevista para este día, a través de las transmisiones, así como la homilía que el sacerdote celebrante haga a propósito de ella”.

A continuación, la guía completa:

La celebración en familia puede ser guiada por el papá o la mamá, o el miembro que haga cabeza en la familia.

Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén.

Guía: Bendigamos a Dios Padre, que nos reúne en nombre de Cristo para que unidos con toda la Iglesia estemos en comunión los unos con los otros por la fuerza de su Espíritu Santo.

Todos: Bendito seas por siempre, Señor.

Guía: Queridos hermanos, este Domingo celebramos, como cada 1 de noviembre, la solemnidad de todos los Santos. Así que celebrando el día del Señor, aunque no lo podemos hacer aún en la iglesia, nos reunimos como familia como lo hacemos cada Domingo, para ofrecerle al Señor nuestro sacrificio de acción de gracias por sus dones presentándole los frutos que con ellos hemos obtenido, aunque también le presentamos nuestro corazón contrito por todo lo que reconocemos que no hemos sabido hacer según su voluntad. Viviendo esto, cada semana, nos sentimos dichosos, no solo en el sentido humano, sino en el modo más pleno, porque si esto es lo que ahora nos da el Señor, si nos mantenemos fieles a él, más grande será nuestro premio en los cielos. Así hoy, al celebrar a todos los Santos, vemos en ellos tantos y tan variados ejemplos de cómo vivir, en diferentes circunstancias y situaciones como auténticos discípulos del Señor, y acudimos a ellos para que con su intercesión podamos avanzar cristianamente por el camino de la vida.

Juntos, pues, oremos con el Salmo 23:

R. Esta es la clase de hombres que te buscan, Señor.

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene,

el orbe todo y los que en él habitan,

pues él lo edificó sobre los mares

el fue quien lo asentó sobre los ríos. R.

¿Quién subirá hasta el monte del Señor?

¿Quién podrá estar en su recinto santo?

El de corazón limpio y manos puras

y que no jura en falso. R.

Ese obtendrá la bendición de Dios,

y Dios, su salvador, le hará justicia.

Esta es la clase de hombres que te buscan

y vienen ante ti, Dios de Jacob. R.

Luego el que guía dice:

Del Evangelio según san Mateo 5, 1-12

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así: “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes, cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”.

Todos: Gloria a ti, Señor Jesús. 

Luego el que guía invita a los presentes a guardar un momento de silencio para interiorizar el Evangelio escuchado. Enseguida, juntos hacen la profesión de fe.

Guía: Queridos hermanos, confiados en el Señor que nos salva, digamos juntos:

Todos: Creo un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

Luego, el que guía, invita a orar, diciendo:

Guía: Queridos hermanos, acudamos a nuestro Dios, corona de todos los Santos, y digámosle:

  1. R. Por intercesión de todos los Santos, sálvanos, Señor.
  1. Porque has hecho de los apóstoles fundamento de tu Iglesia. R.
  2. Porque, como a los mártires, nos otorgas la fuerza para ser testigos tuyos. R.
  3. Porque en las vírgenes nos permites contemplar el don de la virginidad consagrada a ti. R.
  4. Porque en tus Santos nos das ejemplo e intercesión para que vivamos más plenamente unidos a tu Hijo. R.
  5. Porque en tus Santos nos ayudas a descubrir el mejor camino que nos lleva hacia ti. R.
  6. Porque al venerar a los Santos nos permites sentirnos más unidos a ti. R.
  7. Porque nos invitas a esperar gozar con todos ellos de la alegría de tu presencia en tu Reino. R.
  8. En estos momentos de emergencia. R.

A continuación, el que guía invita a que todos oren con la Oración del Señor, diciendo:

Guía: Juntos, agradecidos, oremos al Padre como el Señor Jesús nos ha enseñado:

Y todos juntos dicen:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Comunión espiritual

A continuación, el que guía puede invitar a hacer la comunión espiritual, con estas palabras:

Guía: Es importante recordar que nada se compara con recibir la sagrada Comunión sacramentalmente; sin embargo, en estos momentos de emergencia sanitaria, cuando nos vemos todavía privados de poder asistir a recibirla en la celebración de la Eucaristía, podemos hacer una comunión espiritual, que es una devoción eucarística en la que decimos ardientemente a Jesucristo cuánto deseamos recibirle; por lo que requiere nuestra disposición interna que nos mueve a pedirle que aumente en nosotros la sed de Dios y nos disponga para poderlo recibir sacramentalmente en cuanto nos sea posible.

Especialmente en este día, con este firme deseo, digamos juntos:

Creo, Jesús mío, que estás verdaderamente en el Santísimo Sacramento del altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi interior. Pero ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya hubiera comulgado, te abrazo y me uno todo a ti. Señor, no permitas que me separe de ti.

O bien, esta otra:

Jesús, ya te extraño; aunque deseo comulgar en este momento, tengo que esperar hasta que pueda participar en la Eucaristía, por eso te pido que vengas ahora espiritualmente a mi corazón. Y todos guardan un momento de silencio.

El que guía, continúa, diciendo:

Guía: Dios todopoderoso y eterno, que nos concedes celebrar a todos tus Santos, concédenos, por la intercesión de tantos hermanos nuestros, gozar en abundancia de tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos: Amén. 

Finalmente, el que guía, invoca la bendición de Dios para los allí presentes, diciendo:

Guía: El Señor, todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. 

Todos: Amén.

Todos trazan el signo de la cruz mientras el guía continúa diciendo:

Guía: Bendigamos al Señor. Todos: Demos gracias a Dios.

Una oración especial por fallecidos por Covid-19

La Conferencia del Episcopado Mexicano, a través de su presidente, el arzobispo Rogelio Cabrera López, pidió también que el próximo 2 de noviembre, fecha en que la Iglesia conmemora a los fieles difuntos, en todas las diócesis de México se ore de manera particular por quienes han fallecido ha causa del Covid-19,  “pidiendo el consuelo de la fe para los familiares y amigos cercanos que lloran la muerte de sus seres queridos, a fin de que todos experimentemos  la cercanía misericordiosa de Dios”.

“Confiando en la protección e intersección de la Morenita del Tepeyac, la Virgen de Guadalupe, pedimos por el eterno descanso de nuestros hermanos difuntos, para que el Señor por su eterna misericordia les permita contemplar el brillo de su luz perpetua”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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