Desde el próximo 21 de noviembre el Hermano Diego José Díaz Díaz, FSC, asumirá el liderazgo del Distrito Lasallista de Bogotá. La noticia de su designación como nuevo Visitador Provincial para los próximos cuatro años –por parte del Superior General de los lasallistas, Robert Schieler–, la recibió en la Amazonía colombiana, donde se venía desempeñando como rector de la Institución Educativa Nacional Dante Alighieri, en San Vicente del Caguán.
PREGUNTA.- ¿Cómo recibió la noticia de su elección como nuevo Visitador Provincial?
RESPUESTA.- Con sorpresa, porque no estaba dentro de mis planes y proyectos en este momento, pero, asimismo, con emoción, con alegría, con entusiasmo y con la esperanza de poder acompañar desde el ministerio de animación a toda la familia lasallista de nuestro querido Distrito Lasallista de Bogotá.
P.- ¿Cuáles serán sus prioridades en este servicio que le ha sido confiado para los próximos cuatro años?
R.- Entre las prioridades está, en primer lugar, el acompañamiento pastoral. Creo que es muy importante poder llevar a cabo un acompañamiento humano, espiritual, vocacional, tanto de los hermanos como de los lasallistas; acompañar, cuidar –como lo diría el papa Francisco–, hace parte de ese ejercicio de pastorear.
Segundo, el liderazgo educativo. Considero que hay muchos retos a nivel de innovación, de procesos educativos, para liderar en red, y todo lo que implica la educación a partir de la situación generada por la pandemia, pues se han identificado varios puntos que necesitan ser abordados, como la educación virtual y la inequidad en la educación, pues no todos los estudiantes ni las familias tienen las mismas posibilidades.
Entonces estos serán retos que debemos afrontar desde el liderazgo educativo, y que incluye la visibilización, la identificación y el estudio de nuevos escenarios que nos permitan asumir nuestro compromiso como lasallistas, especialmente allí donde hay más necesidad, donde los niños no tienen todas las posibilidades, donde sentimos que existe una llamada para que el carisma lasallista marque presencia hoy, en nuestro territorio nacional, brindando una educación que responda, como tal, a esa realidad.
P.- El sector educativo, como usted ha mencionado, atraviesa tiempos difíciles ante la crisis generada por el Covid-19. ¿Qué desafíos deberán encarar los lasallistas hacia adelante?
R.- En primera instancia, creo que es muy importante el acompañamiento, hacer presencia con las familias, con los estudiantes, con los maestros; desde la educación debemos ejercer un liderazgo social, un liderazgo humanitario que asuma la condición humana, particularmente ante todo lo que ha generado la pandemia.
Segundo. Es importante la consolidación de los procesos educativos desde la virtualidad, pues se ha abierto una ventana en la reflexión pedagógica frente a todo lo que implica interactuar desde un nuevo escenario. El maestro hoy debe asumir todo un proceso en el cual tiene que desenvolverse desde la tecnología, desde las habilidades comunicativas, desde las nuevas realidades, como lo es la virtualidad. Entonces, este es un desafío para nosotros también.
Tercero. La preparación de los protocolos de bioseguridad y, asimismo, su implementación a partir del modelo de alternancia. Este es un reto muy importante porque nos lleva a replantear las dinámicas tradicionales que vivíamos en la escuela y nos conduce a estar muy atentos para hacer efectivos dichos protocolos, de modo que podamos sacar adelante los procesos pedagógicos y todo lo que implica la tarea educativa con nuestros niños y nuestros jóvenes.
Y cuarto, considero que un reto muy importante para nosotros los lasallistas es el compromiso social con los menos favorecidos, es decir con los niños que no cuentan con la posibilidad de conectividad, que no tienen internet, ni un computador, a veces ni un teléfono, que viven en la ruralidad de Colombia, o aún en las mismas ciudades, y no cuentan con los medios para acceder a la educación. Creo que como lasallistas tendremos que reflexionar cuáles serán los mecanismos para poder atender a esta población, porque ciertamente estos niños y estos jóvenes se encuentran en una situación de inequidad.
P.- ¿Cuáles son los grandes derroteros que deberá asumir la educación superior lasallista en los próximos años?
R.- En la comunidad académica es muy importante la reflexión por un nuevo humanismo –que nos ha revelado precisamente, la pandemia–, desde una perspectiva social, es decir, la educación superior no puede estar desconectada de la realidad social que vive el país, y todo esto debe tener repercusión en los procesos políticos, sociales y económicos.
De igual forma, se debe dar continuidad al compromiso con la construcción de una sociedad pacífica, de una sociedad en paz. Este tema, que nos implica a todos los colombianos, en la educación superior debe tener un espacio muy importante para que pueda ser comprendido desde las diferentes perspectivas académicas e integrado, como tal, desde la ética ciudadana.
Por otro lado, la democratización del conocimiento es un tema que está muy en el corazón de la educación superior lasallista, y tiene que ser una oportunidad para tocar la realidad de los grupos menos favorecidos, de los que no han tenido la posibilidad de acceder a una formación de alta calidad. En esto, como Universidad de la Salle abanderamos y lideramos procesos de impacto social.
Finalmente, hablaría de un trípode que vincula a la ciencia, a la tecnología y a la innovación, de tal forma que la transformación de la sociedad corresponde a todo este proceso, que también deviene de la reflexión académica y, de este modo, responder con pertinencia a las situaciones que vive el ser humano hoy, especialmente a nivel social.
P.- El papa Francisco ha publicado su tercera encíclica sobre la fraternidad y la amistad social. ¿Qué puede aportar el carisma lasallista para poner en práctica esta gran apuesta?
R.- Verdaderamente considero que Fratelli Tutti es una encíclica que está muy en el corazón de los lasallistas. Hablar de la hermandad, de la fraternidad, es hablar de la génesis misma de la vivencia lasallista, porque es desde la fraternidad como los lasallistas promovemos toda una serie de procesos educativos. La fraternidad educa, la fraternidad permite generar dinamismos de convivencia que tocan lo más profundo de la vida de los niños, de los jóvenes, de los maestros, de las familias.
En esta perspectiva, esta encíclica representa un compromiso social. La amistad social se construye desde la experiencia educativa lasallista; por eso para los lasallistas este compromiso social se da por medio de la educación. La educación es un espacio y una oportunidad para crecer, para descubrir, para vivir y entender la fraternidad.
Siendo la encíclica una invitación muy concreta para que los seres humanos vayamos más allá de nuestros límites sociales, culturales, y veamos en el otro, en el ser humano, a mi hermano, pues yo creo que nosotros como lasallistas tenemos allí una bella trayectoria, pero al mismo tiempo se convierte en una nueva oportunidad para seguir haciendo de la fraternidad una experiencia que toque los corazones de todas las personas que participan en nuestras comunidades educativas, en nuestras instituciones, y que se alimentan espiritualmente del carisma de san Juan Bautista de La Salle.