El cardenal primado de Inglaterra, Vincent Nichols, presidente de la Conferencia de obispos de Inglaterra y Gales, ha encabezado el rechazo de las diferentes confesiones religiosas a la supresión del culto prevista por el Gobierno británico ante el aumento de casos de coronavirus. El purpurado ha enviado una carta al primer ministro Boris Johnson antes de que el Parlamento británico confíeme las medidas este miércoles, 4 de noviembre.
Para el cardenal Nichols el culto público tiene un papel esencial que desempeñar en el apoyo a las personas vulnerables, tanto para mejorar la cohesión social como la salud mental, según recoge The tablet. La misiva cuenta con la firma de los arzobispos anglicanos de Canterbury y York, el gran rabino, líderes musulmanes, hindúes y otros líderes cristianos.
Los responsables religiosos señalan que se han seguido todas las precauciones para que los cultos se desarrollasen de manera segura. Una reclamación que en el Parlamento ha encabezado Edward Leigh, presidente de la Unión Católica, que invitó a Johnson a una misa en la catedral de Westminster y comprobar directamente las medidas sanitarias.
Los obispos defienden que actualmente no existe ninguna justificación científica para la suspensión de los servicios públicos. Las iglesias que cumplen plenamente con las distancias están entre los lugares públicos más libres de COVID, aseguran.