Mientras Estados Unidos cuenta y recuenta sus votos de las elecciones presidenciales, los obispos preparan la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal, la USCCB, que se celebrará del 15 al 19 de noviembre de forma telemática por la pandemia del coronavirus –tras haber suspendido en su momento la de primavera–. Sobre la mesa estará, según informa la agencia Fides, el problema de la migración y los refugiados.
El actual presidente de los obispos, José H. Gómez, arzobispo de Los Ángeles, mostró su decepción y oposición a la decisión del Congreso de reducir el número de refugiados admitidos en los Estados Unidos. En los últimos días, se ha informado del cierre de la frontera con México y de la expulsión de familias y niños mexicanos y centroamericanos que habían llegado cruzando esta frontera.
Además, tres obispos de la presidencia de la USCCB han realizado una declaración sobre los argumentos presentados este miércoles, 4 de noviembre, ante la Corte Suprema de los Estados Unidos sobre un caso de protección a la infancia ocurrido en Filadelfia, el llamado caso ‘Sharonell Fulton’ con el que quiere provocar que el estado rechace la acogida de huérfanos en instituciones católicas que se nieguen a dar en adopción a esos niños a parejas del mismo sexo.
Los obispos recuerdan que “los católicos han sido llamados a cuidar de los niños que han quedado huérfanos, o cuyos padres se enfrentan a dificultades únicas en el cuidado, desde los primeros momentos de nuestra fe”. Una historia de caridad, en la que la Iglesia sirve “a todos los niños necesitados, sin importar su raza, religión, sexo o cualquier otra característica. Hemos hecho esto durante siglos, mucho antes que cualquier gobierno, porque creemos que cada persona – especialmente los marginados e impotentes– merece experimentar el amor de Jesús y ser parte de una familia”, reivindican.
Un servicio que la Iglesia presta desde “nuestras convicciones sobre el sexo, el matrimonio y el derecho de los niños a tener una madre y un padre. Estos compromisos son inseparables”. Por ello, lamentan que la Corte Suprema tenga en consideración “los argumentos en un desafío a la exclusión del gobierno de los católicos de proveer cuidado de crianza porque nos involucramos en este ministerio como católicos, es decir, consistente con la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia”. Por ello, apelan al cumplimiento de “la Primera Enmienda de que los creyentes religiosos puedan llevar toda la vitalidad de su fe a la plaza pública, y que rechace un pluralismo ahuecado que permite a la gente de fe sólo predicar pero no practicar”.
Además, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos deberá elegir a los Presidentes de las ocho Comisiones Permanentes que se ocupan de áreas como libertad religiosa, prioridades y planes, educación católica, comunicaciones, diversidad cultural en la Iglesia, doctrina, colecciones nacionales, actividades para la vida. La presidencia (episcopal) se renovó hace ahora un año.