“En medio de las dificultades de la pandemia de Covid-19, ¡que esta fiesta tan significativa disipe toda nube de miedo, ansiedad y preocupación, y llene vuestros corazones y mentes con la luz de la amistad, la generosidad y la solidaridad!”. Así ha felicitado el Diwali a la comunidad hindú el cardenal español Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.
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La fiesta, que se celebrará el próximo 14 de noviembre, es conocida como la celebración de las “lámparas de aceite” y, según la mitología antigua de esta religión, representa la victoria de la verdad sobre la falsedad, de la luz sobre la oscuridad, de la vida sobre la muerte, del bien sobre el mal. Marca, además, el inicio de un nuevo año y la reconciliación familiar, especialmente entre hermanos y hermanas, así como la adoración de Dios.
“Este año, a raíz de la pandemia de Covid-19, queremos compartir con ustedes algunas reflexiones sobre la necesidad de fomentar un espíritu positivo y esperanza para el futuro, incluso frente a obstáculos aparentemente insuperables, socioeconómicos, políticos y desafíos espirituales y ansiedad, incertidumbre y miedo generalizados”, ha continuado el purpurado.
Esperanza y bondad
“Nuestros esfuerzos”, dice, “se basan seguramente en nuestra convicción de que Dios, quien nos creó y nos sostiene, nunca nos abandonará”. Sin embargo, el cardenal reconoce que “un estímulo para ser optimista bien puede sonar poco realista para aquellos que han perdido a sus seres queridos, sus medios de vida o ambos”, ya que, “incluso la esperanza y la positividad más audaces pueden disiparse en las trágicas situaciones provocadas por la actual pandemia y sus graves efectos en la vida cotidiana, la economía, la salud, la educación y las prácticas religiosas”. A pesar de esto, subraya que “es precisamente la confianza en la providencia de Dios lo que nos inspira a permanecer optimistas y a trabajar para reavivar la esperanza en medio de nuestras sociedades”.
De hecho, y a pesar de un “sufrimiento sin precedentes”, Ayuso Guixot subraya que “la pandemia ha traído una serie de cambios positivos en nuestra forma de pensar y de vivir”. Y es que “las experiencias de sufrimiento y el sentido de responsabilidad mutua han unido a nuestras comunidades en solidaridad y preocupación, en actos de bondad y compasión por los que sufren y los necesitados”. Todo esto “nos ha llevado a apreciar más profundamente la importancia de la convivencia, el hecho de que nos pertenecemos y nos necesitamos para el bienestar de todos y el de nuestra casa común”.
“Nuestras respectivas tradiciones religiosas nos enseñan a permanecer positivos y esperanzados incluso en medio de la adversidad”, ha aseverado. Y ha deseado que, “sobre la base de esas tradiciones y enseñanzas religiosas, nuestros valores compartidos y nuestro compromiso con la mejora de la humanidad” tanto los como cristianos como los hindúes, “nos unamos a todas las personas de buena voluntad en el trabajo para construir una cultura de positividad y esperanza en el corazón de nuestras sociedades, no solo en estos días difíciles sino también en el futuro que tenemos por delante”.