Desde hace un tiempo, se vienen desarrollando tomas y ocupaciones de terrenos, a lo largo de todo el país. Uno de los grupos que con más intensidad ha actuado en este tipo de manifestaciones es el de los mapuches.
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Este viernes, un grupo identificado con el pueblo mapuche, usurpó la Parroquia Nuestra Señora de Luján, en la localidad de El Bolsón, en la provincia de Río Negro.
Los hechos
Los trascendidos periodísticos confirmaron que dos mujeres pidieron permiso para utilizar el baño parroquial. Al comenzar a gritar improperios, el responsable de la parroquia, Fray Ricardo Cittadini, intentó expulsarlas, pero ingresaron otras 10 personas, que lo sorprendieron y lo golpearon.
El intendente del lugar, Bruno Pogliano, durante la toma, informó que la capilla “fue usurpada por un grupo autodenominado mapuche, agredieron al fray Ricardo y mantienen como rehén a otra persona que pertenece a la comunidad religiosa”. “Esto ha sobrepasado cualquier límite”, ratificó.
Además, los usurpadores destrozaron las instalaciones, mancharon las paredes, rompieron los bancos y arruinaron las imágenes sagradas. Dejaron panfletos y una bandera argentina, pintada de rojo.
Según las versiones periodísticas, el grupo tomaró la iglesia en repudio al desalojo de la lof Winkul Lafken Mapu, un predio de Villa Mascardi que pertenece al obispado de San Isidro, y que había sido ocupado hace unos meses.
Este episodio se dio horas antes de la audiencia virtual programada entre el juez de garantías, Martín Arroyo, y Nelson Vigueras, abogado defensor de los mapuches, quien apelará dicho fallo.
Comunicado de la diócesis
Al conocerse estos hechos, el obispo de San Carlos de Bariloche, Juan José Chaparro y el Consejo de Consultores, lamentaron el episodio y se solidarizaron con la comunidad franciscana y los fieles católicos.
Reiteraron lo dicho en abril de 2018, cuando expresaron que la Iglesia también reclama respeto y consideración por un lugar sagrado para los católicos. “Nos provoca mucho dolor los daños realizados al interior del templo”, afirmaron.
También repitieron que la violencia, tanto en los reclamos como en sus respuestas, no es una solución, sino un agravamiento de los conflictos. “La primera víctima de la violencia es la paz y la concordia entre las personas” (Obispado de Bariloche, 26/11/2017).
La responsabilidad del Estado
En el comunicado, reclamaron que el Estado asuma la responsabilidad que le corresponde: “solucionar los conflictos que surgen de los reclamos de los pueblos originarios”, reconocer los derechos legítimos en los casos que corresponda, y utilizar los mecanismos legales para que esos derechos puedan ejercerse.
“Es la añeja renuencia del Estado Nacional a cumplir con esta responsabilidad, la permanente promotora de los conflictos que todos los días crecen y se intensifican”, ratificaron.
Ello implica, necesariamente, la implementación de la Ley 26.160, que declara la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas originarias.
Finalmente, estimaron que creen “en el diálogo, como constructor de puentes, que acerca posiciones, permite el mutuo conocimiento y la compresión de las diversas posturas”.
Fotos: Gonzalo Keogan