“Ha sido muy doloroso leerlo, porque hubo muchas oportunidades de detenerlo. Y si alguien hubiera hecho algo tal vez mi vida sería diferente. Tal vez no sería una víctima”. Estas son las palabras de John Bellocchio, uno de los demandantes del ex cardenal Theodore McCarrick, quien abusó de él cuando era un adolescente en la década de 1990. Ahora, tras leer el informe del Vaticano sobre los abusos cometidos por McCarrick, no ha podido nada más que mostrar su frustración, al igual que el resto de víctimas.
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En entrevistas con The Associated Press, Bellocchio y los demás demandantes han exigido al Vaticano que “haga algo” para garantizar que nada como lo que se describe en el informe, publicado el 10 de noviembre, vuelva a suceder. Y es que, en sus más de 400 páginas, la investigación interna hecha por la Santa Sede subraya la pasividad por parte del clero ante la conducta de McCarrick, que ahora tiene 90 años.
Trabajar en la prevención
El ex cardenal fue expulsado por el papa Francisco en 2019, después de que una investigación independiente determinara que abusó sexualmente de menores y jóvenes. Las alarmas, sin embargo, fueron ignoradas. “Es aplastante”, dijo Geoffrey Downs, quien demandó McCarrick por abusar de él cuando era monaguillo. “Es simplemente aplastante para aquellos de nosotros que pasamos por eso, porque te das cuenta de cómo eres pequeño e incidental para estas criaturas, depredadores”, afirmó. “Eres casi como un pequeño tornillo en esta máquina gigante de comportamiento depredador”.
Por su parte, la asociación SNAP, que representa a sobrevivientes de abuso sexual por parte del clero, ha declarado en un comunicado que es necesario que se tomen “muchas más medidas preventivas”, ya que se trata de “una crisis que continúa, y aún falta transparencia y responsabilidad”. “Este informe no contiene castigos, ni pasos concretos para prevenir futuros delitos y, en consecuencia, no nos da fe de que esta investigación se haya realizado en serio”, ha subrayado la red.