Los dos obispos de las diócesis del archipiélago canario, José Mazuelos y Bernardo Álvarez, han hecho pública hoy, 12 de noviembre, su primera carta pastoral conjunta. Y lo han hecho en torno a un tema que, en los últimos tiempos, está afectando de forma especial a las islas: el drama de la inmigración.
La misiva, titulada ‘Escuchar el eco de Lampedusa en las Islas Canarias’, se enmarca en el marco de la Jornada Mundial del Pobre que, por iniciativa del papa Francisco, se celebra este domingo, 15 de noviembre. “La llegada de inmigrantes a las costas canarias nos llama a todos a tener presente lacruz de Lampedusa, que como recordáis fue realizada por el artista italiano Franco Tuccio con trozos de madera de las embarcaciones que habían naufragado en la isla”, afirman los prelados.
“Como Iglesia”, continúan, “sentimos el profundo dolor y la impotencia de ver cómo muchos hermanos mueren frente a las costas de nuestros pueblos y ciudades sin que parezca que hayamos hecho lo suficiente para evitarlo”. Por ello, llaman a renovar la mirada para saber ver “uno a uno a esos hombres, mujeres y niños y hacer nuestros sus sufrimientos tras haber huido de la guerra, de las persecuciones, del hambre y haber afrontado un largo y peligroso viaje por el desierto y el mar en manos, tantas veces, de traficantes de seres humanos”. Y es que, recuerdan, “los inmigrantes son personas como cualquiera de nosotros, con nombres, historias y familias”.
Asimismo, los obispos han recordado que “escuchar el eco de Lampedusa es rechazar todas las voces que siembran confusión”. De esta manera, los obispos advierten que “la llegada de inmigrantes es una imagen utilizada, en ocasiones, por algunas voces políticas y bulos en plataformas mediáticas para sembrar la confusión y el miedo en la ciudadanía, alertando de que es una invasión, tal vez con el fin de conseguir réditos electorales, o de promover una fobia inaceptable hacia los extranjeros”.
Por este motivo, han animado a contar “un relato real y positivo de las migraciones, ya que habitualmente se silencia la aportación positiva que la inmensa mayoría de los inmigrantes hacen al país que los acoge”, que abarca “la economía, la demografía, la cultura, y la propia vida religiosa, rejuveneciendo y revitalizando muchas parroquias y comunidades”. “No lo olvidemos”, añaden, “quienes vienen de fuera nos traen un inmenso tesoro, rejuvenecen con sangre nueva nuestra vieja Europa y nos abren al desafío de la diversidad que tiene tanto que ver con el Dios Trinidad”.
“Las aportaciones que hacen los inmigrantes a nuestra sociedad son notables”, aseguran, ya que “además de paliar nuestro envejecimiento, muchas mujeres inmigrantes están siendo la voz y las manos de ternura que nuestros niños, nuestros enfermos o nuestros ancianos necesitan”. Además, “muchos jóvenes jornaleros del campo están recogiendo de nuestros campos una riqueza, que no se ve correspondida con las condiciones laborales que sufren”.
“Todos ellos con el testimonio de sus vidas, su valentía y su disponibilidad para afrontar peligros buscando un mundo mejor son un ejemplo de esperanza para nuestra sociedad pesimista y ciega ante el futuro”, aseguran. “Sí, todos ellos son fuentes de esperanza, ya que fue la esperanza la que les dio las fuerzas para afrontar tan duro viaje”.
Por último, los obispos de Canarias han hecho un llamamiento a “crear la cultura del encuentro, a superar la fobia al extranjero, a luchar contra las mafias y favorecer el desarrollo de los países de origen”. Así, hacen referencia a la encíclica ‘Fratelli Tutti’, recordando que “se trata de problemas globales que requieren acciones globales, evitando una cultura de los murosque favorece la proliferación de mafias, alimentadas por el miedo y la soledad”.
“No debemos olvidar que solo cuando cese la injusticia actual del comercio internacional, cuando cesen las guerras inducidas en países con riquezas mineras, cuando los dictadores que expolian a su pueblo dejen de contar con la complacencia de gobiernos y empresas multinacionales, cuando cese el comercio de armas, la inmigración de ciertas zonas del mundo se podrá regular”, aseveran. “Cuando se acabe con la injusticia actual la migración se moderará”.