Óscar Cantú: “Joe Biden tiene la misión de sanar la nación”

Óscar Cantú, obispo de San José (Estados Unidos)

“Ojalá que la calma, el diálogo y el espíritu que va infundiendo Biden, que repite constantemente que es presidente de todos, y no solo de los que le votaron, calé y se haga realidad”. Es el deseo de Óscar Cantú (Houston, 1966), obispo de San José (California). El prelado fue enviado hace dos años por el papa Francisco a la diócesis sufragánea de la de San Francisco, donde intenta “tocar corazones” a través de la Doctrina Social de la Iglesia. “En los seminarios no se está enseñando de forma sistemática la Doctrina Social. Mi caso es un ejemplo: en nueve años en el seminario, solo tuve una clase sobre justicia”, indica en esta entrevista con Vida Nueva a modo de autocrítica tras la división que afirma que es una realidad entre los católicos.



PREGUNTA.- Francisco se pregunta en su encíclica ‘Fratelli Tutti’: “¿Qué significan hoy algunas expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad? Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como instrumento de dominación, como títulos vacíos de contenido que pueden servir para justificar cualquier acción”. Estados Unidos ha vivido sus elecciones más extrañas, con un presidente que se declaró ganador sin haber un resultado definitivo. ¿Peligra la democracia?

RESPUESTA.- Es una situación que nos reta y que, según los historiadores, no se ha dado en la historia de este país. No obstante, la división que vemos hoy en la sociedad si ha visto en otros momentos. La perspectiva histórica nos llena de consuelo, porque sabemos que hemos vivido momentos más complicados antes. Es difícil sanar al país pero es posible. Una de las lecciones que vamos aprendiendo es que la democracia no es fácil ni exacta. A veces queremos tenerlo todo ordenado, pero no podemos.

P.- ¿Aceptará Donald Trump la derrota?

R.- Trump ha vendido su nombre toda su vida. Ha sido una persona de éxito en los negocios. Es una persona que siempre gana, nunca pierde. No sé cuanto tiempo le llevará y quién le puede ayudar, pero tiene que ajustar su retórica para sentirse vencedor, porque en su conciencia no entra perder. Quizá se presente como el presidente que logró en cuatro años lo que otros no pudieron en ocho. Es su forma de sentirse ganador.

Esperamos y rezamos por la paz en el país y que no haya violencia en las calles, aunque la preocupación existe. A quienes no creen que los votos por correo sean válidos debemos mostrarle con paciencia los hechos. Hay que hacerles entender que la ley electoral es legítima. Y si no entraron votaciones a Trump por correo es porque él mismo pidió que no lo hicieran. Esto es parte del proceso de sanar la nación. Ojalá que la calma, el diálogo y el espíritu que va infundiendo Biden, que repite constantemente que es presidente de todos, y no solo de los que le votaron, calé y se haga realidad.

P.- ¿Le preocupa la división que existe hoy en la sociedad estadounidense?

R.- Esto lo venimos yendo ya años atrás. Al comienzo del ‘trumpismo’, hace cuatro años, leí a un sociólogo que dijo que Trump no es la enfermedad, Trump es síntoma. La enfermedad es más profunda. Desde que comenzaron las tertulias políticas, unas más a la derecha y otras más a la izquierda, se dan opiniones fuertes que a veces trastocan los hechos. Esto ha provocado que las posiciones se vayan al extremo.

Quienes vienen cada semana a la Iglesia escuchan una homilía de 10 minutos, pero luego oyen esas tertulias 24 horas. Esto provoca que esa narrativa vaya calando en las conciencias. Como pastor, veo a veces que mis feligreses se encuentran divididos. Si antes juzgaban la política desde su fe, ahora se han puesto a juzgar la Iglesia con lentes políticas, con ideología. Es una triste conversión que hemos vivido en los últimos 20 años. Otro efecto que ha tenido la división entre derechas e izquierdas es que antes era una virtud estar en el centro y trabajar entre republicanos y demócratas. Sin embargo, esto ahora parece inviable. Estamos perdiendo democracia.

La Doctrina Social de la Iglesia es riquísima, de muchísimo valor para cualquier ciudadano. Tenemos el mejor mensaje del mundo, pero no hemos sabido presentarlo de una manera que toque los corazones. No obstante, tenemos que buscar fórmulas. Yo hago una autocrítica y es que en los seminarios no se está enseñando de forma sistemática la Doctrina Social. Mi caso es un ejemplo: en nueve años en el seminario, solo tuve una clase sobre justicia. Todo lo que he aprendido sobre la Doctrina Social es de mi etapa ya de sacerdote, porque me interesaban estas cuestiones y lo necesitaba para entender los problemas sociales. Si el clero no entiende la Doctrina Social difícilmente se la va a presentar a los feligreses.

P.- Los católicos critican la postura de Biden sobre el aborto. No obstante, sí defiende otras vidas, como la de los migrantes, los negros o la población en general en este momento de pandemia. ¿Hacen falta más catequesis sobre la defensa de todas las vidas?

R.- Los obispos, cuando hablamos de los migrantes y refugiados, debemos hablar también de todas las vidas que se ven menospreciadas. Pero, cuando hablamos de los no nacidos, debemos contarle a los feligreses la importancia de valorar a los discapacitados, ancianos o migrantes. De esta manera se presentará la defensa de la vida en su totalidad. No podemos quedarnos en nuestra zona de confort, ya sea solo centrándonos en el aborto o las migraciones.

P.- ¿Qué significa para la Iglesia que haya un presidente que se declara católico 60 años después?

R.- Se escuchan voces que dicen que Biden no es verdaderamente católico porque está a favor del aborto, pero es un hombre de fe. Él asiste a la misa dominical, es un hombre de oración. Nosotros vamos a estar empujándole por el respeto al no nacido, pero también colaborando con él para que haya cambios de leyes más justas con migrantes y refugiados. En estos cuatro años se ha pasado de 100.000 refugiados a 20.000. Es triste que el país más rico del mundo haya cerrado sus puertas a los más necesitados.

P.- Parece que la administración Biden, siendo el presidente electo católico, va a escuchar la voz de la Iglesia…

R.- Esperamos que sí. La Conferencia Episcopal Estadounidense siempre ha estado en diálogo con los congresistas, con la Casa Blanca, con el Departamento de Estado… Intentaremos incidir en cuestiones que están cerrados a entender, así que seguiremos abogando por la totalidad de la Doctrina Social de la Iglesia para cambiar mentalidades.

Foto: Roberto González (Nuevafoto Protography)/ Diócesis de San José

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