El próximo 22 de noviembre se llevará a cabo de manera virtual el Encuentro Nacional de Agentes de Pastoral Familiar 2020, organizado por la Dimensión de Familia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) bajo el tema ‘La mirada puesta en Jesús, vocación de la familia’.
Para hablar de la importancia de este encuentro, Vida Nueva conversó con el secretario ejecutivo de la dimensión, el sacerdote Óscar Lomelín Blanco, quien explicó que el tema del encuentro parte del hecho de que las familias son enviadas por Jesús a cumplir una misión de fe, amor y vida.
“Por lo tanto –dijo– solo fijando nuestra mirada en Jesús, lograremos descubrir nuestra vocación, y en Él encontraremos la fuerza y la gracia necesarias para cumplirla”.
Para el sacerdote, la importancia del encuentro radica en que “formamos una sola familia, y las familias necesitan reunirse para dialogar, compartir, animarse mutuamente, y fortalecer los lazos de comunión. Los agentes de la Pastoral Familiar de cada grupo parroquial, de cada movimiento laical, de cada diócesis y provincia eclesiástica en nuestro país necesitan reunirse y dialogar”.
Durante el encuentro, Óscar Lomelín, quien también es Coordinador del Departamento de Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de Monterrey, impartirá la conferencia ‘Aplicación del Plan Global Pastoral (PGP) 2031-2033 a la luz de Amoris laetitia‘.
Al respecto, recordó que Jesús, el Buen Pastor, dice: “mis ovejas escuchan mi voz”; por lo que un buen cristiano, y sobre todo un buen agente de pastoral, “es alguien que sabe escuchar la voz del Pastor. Hacer de la Palabra de Dios y de la oración, junto con la Eucaristía, sus alimentos espirituales”.
De igual modo, consideró que los agentes de pastoral deben también estar atentos a la voz del Pastor que se manifiesta en personas y acontecimientos. “Y de modo especial en la voz de los pastores (el Papa y los obispos)”.
“Con mi exposición busco iluminar el ser y el quehacer de la Pastoral Familiar a la luz de los puntos convergentes de Amoris Laetitia (voz del Papa) y del PGP (voz de los obispos)”, adelantó.
Al referirse a las principales problemáticas de las familias mexicanas, Óscar Lomelín afirmó que justamente los números 39 al 41 del PGP hablan de éstas.
En el numeral 39 se señala que “fenómenos como la pobreza, el individualismo, el ritmo de la vida actual, el estrés, la organización laboral y social; una ambigua concepción de la libertad (cfr. AL 33- 34) y la dificultad para adquirir compromisos sólidos; además de una implacable lucha jurídica y social por implantar la ideología de género, han hecho que la familia se encuentre gravemente dañada”.
En el 40 se afirma que “existe una honda preocupación por la ideologización de la sexualidad, desligándola del sentido natural que ella tiene en el ser humano. Esta orientación trae consecuencias profundamente lamentables, con una visión antropológica vacía, con implicaciones en otros campos como la educación, la familia, las leyes y la identidad de las personas, dada por la misma naturaleza”.
“Nos preocupa que este tipo de ideologización trate de imponerse como pensamiento único, impulsando una agenda según sus intereses entre distintos países e instancias internacionales y presionando de distintas maneras para que sean reconocidas”, añade el texto.
Finalmente, en el número 41, se afirma que “es necesario valorar el rol tan importante que la mujer está desempeñando. Hoy es más evidente, y nos alegra constatar, el arribo de muchas mujeres a los puestos de grandes responsabilidades en sus países, el acceso a la educación de una manera más amplia, la lucha por consolidar cada vez más sus derechos en todos los campos de la vida social, política y económica, así como su presencia valiosa e imprescindible dentro de la Iglesia”.
“Vemos con tristeza que aún los rasgos más dolorosos de la pobreza, la desigualdad y la violencia, tienen rostro de mujer, y existe todavía un largo camino con esfuerzos que tendrán que redoblarse para darle el lugar que le corresponde”.
En este sentido, el Secretario Ejecutivo de la Dimensión Familiamaseguró que la mejor manera de que las familias enfrentar dichas problemáticas es recibiendo información, formación, y siendo apoyadas subsidiariamente por las instancias pastorales y organizaciones de la sociedad civil que son afines”.
Finalmente, en relación con los retos de la Dimensión Familia, afirmó: “estos son ser precisamente una instancia subsidiaria para ayudar a quienes acompañan a las familias en sus etapas y circunstancias”.