Entrevistas

Peter Seewald: “Benedicto XVI nunca hizo voto de silencio tras la renuncia”





El Grupo de Comunicación Loyola presentó el pasado día 10, a través de su canal de YouTube, la edición en castellano del libro ‘Benedicto XVI. Una vida’ (Mensajero), del periodista alemán Peter Seewald, uno de los máximos conocedores de la trayectoria vital y teológica de su compatriota Joseph Ratzinger. Del papa emérito, de su papel en la Iglesia contemporánea o de su relación con Francisco, el autor de esta voluminosa biografía ha hablado con Vida Nueva.



PREGUNTA.- Imagino que ya estará cansado de que le pregunten por la salud del papa emérito, pero ¿cómo le ve, después del herpes que sufrió en verano?

RESPUESTA.- Hacia mediados de agosto, el herpes zóster remitió y, desde entonces, Benedicto XVI no tiene dolores. Después de la convalecencia, el papa emérito vuelve a estar en plena forma; naturalmente, dentro de las posibilidades de un anciano de 93 años, físicamente frágil.

P.- ¿Es exagerado afirmar que Joseph Ratzinger es el teólogo más influyente del siglo XX?

R.- No, no lo es. Y no es casualidad que sea considerado también como uno de los más grandes pensadores de nuestro tiempo a nivel mundial. Yo diría que no solo es el teólogo más influyente del siglo XX, sino de toda la modernidad en su conjunto. En este campo ha habido grandes maestros (pensemos solo en John Henry Newman o en Karl Rahner), pero ningún otro cuenta con la autoridad de un papa.

Ya con sus contribuciones al Concilio Vaticano II, Ratzinger hizo historia. Su producción, con cientos de libros y de artículos sustanciales, resulta casi inabarcable. Su ‘Introducción al cristianismo’ (1968) es un clásico. Su trilogía sobre Jesús, la primera escrita por un papa en la historia del cristianismo, constituye un hito de la nueva evangelización. Y, con sus ediciones de millones de ejemplares en todo el planeta, Ratzinger es, de hecho, el teólogo más leído de la actualidad.

Sesiones demasiado cortas

P.- Usted ha pasado muchas horas con él y conoce sus pasiones intelectuales. ¿Qué le queda todavía por investigar o por escribir?

R.- A lo largo de nuestras entrevistas en las últimas décadas, le habré planteado más de dos mil preguntas. Sin embargo, cada sesión se quedaba demasiado corta para completar con éxito mi lista de cuestiones. La vida de Ratzinger constituye una biografía que cubre casi un siglo: hay mucho que contar. Y en Benedicto XVI encontramos a un maestro capaz de responder de una manera tan inteligente, tan certera, tan fiablemente católica y tan bien formulada como ningún otro puede hacerlo.

Me habría gustado preguntarle todavía más detalladamente sobre el ámbito espiritual y la mística en la doctrina católica. Él mismo dijo en nuestras ‘Últimas conversaciones’ (Mensajero, 2016) que debemos desprendernos completamente de las antiguas representaciones espaciales sobre Dios y el lugar donde Él está y renovar nuestro pensamiento. Según él, en esto “la traducción de la teología y de la fe al lenguaje de hoy tiene todavía déficits notables”.

Razones exclusivamente de salud

P.- ¿Fue la renuncia a la sede de Pedro una liberación para él?

R.- Tras su elección como el sucesor número 265 de san Pedro, Ratzinger se imaginaba que su pontificado duraría, como mucho, tres o cuatro años. De hecho, desde el principio su salud era bastante delicada, aunque casi nadie sabía que llevaba un marcapasos y que se había quedado ciego del ojo izquierdo. Se entregó completamente a sus obligaciones y su rendimiento fue algo casi sobrehumano para un octogenario.

Él estaba agradecido por esa experiencia, pero, naturalmente, también era una carga. Cuando renunció a su puesto, las razones determinantes fueron exclusivamente de salud. Se sentía sencillamente agotado y quería poner este cargo, que en nuestro tiempo presenta una configuración muy distinta a la que tenía antes, en otras manos más jóvenes y más fuertes. Cualquier especulación sobre otras causas es un disparate

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