El huracán Iota ha sido devastador en la isla de San Andrés y Providencia en Colombia. Con vientos que superaron los 248 kilómetros por hora ha dejado esta zona insular con un 98% de daños y una persona fallecida tras su paso este 16 de noviembre. La ya golpeada Centroamérica por el huracán Eta espera su llegada.
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Por ello la Secretaría del Movimiento Católico Mundial por el Clima “consciente de la situación de vulnerabilidad que están atravesando los países de México, Nicaragua, Guatemala, Honduras, Belice, Costa Rica, Panamá y Colombia a causa de los huracanes Iota y Eta” ha expresado su solidaridad con los afectados.
El clamor de la tierra
Desde esta instancia han señalado que “los impactos sociales, económicos y ambientales que se han producido a causa del huracán es un llamado claro para escuchar el clamor de la tierra y el clamor de los pobres más allá de nuestras fronteras”.
Además han recordado el mensaje del papa Francisco en la encíclica Laudato Si’: “Sin embargo, parecen advertirse síntomas de un punto de quiebre, a causa de la gran velocidad de los cambios y de la degradación, que se manifiestan tanto en catástrofes naturales regionales como en crisis sociales o incluso financieras, dado que los problemas del mundo no pueden analizarse ni explicarse de forma aislada”.
Foto: EFE