Para José Gómez, arzobispo de Los Ángeles y presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, el hecho de que el presidente electo del país, Joe Biden, se declare católico y no se manifieste en contra del aborto provoca una situación “compleja”.
Así, en el discurso de clausura de la primera jornada de la asamblea anual de los obispos estadounidenses, celebrada de forma virtual, el prelado subrayó que, “cuando los políticos que profesan la fe católica” apoyan a quienes defienden el aborto, “surgen problemas adicionales”.
“Una de las cosas que crea es confusión entre los fieles acerca de lo que la Iglesia realmente enseña”, aseveró el prelado. Sin embargo, Gómez habló de forma favorable acerca de las políticas de Biden en otros aspectos, como la inmigración, el racismo, la pena de muerte o el cambio climático.
Aun así, para Gómez estas políticas no deben distraer de la “prioridad” que supone la “eliminación del aborto”. “Nos hemos opuesto durante mucho tiempo a esto y seguimos haciéndolo”, subrayó.
Por su parte, el obispo Joseph Strickland, de la diócesis de Tyler (Texas), ha mostrado su agradecimiento a Gómez por sus palabras a través de Twitter, donde, a su vez, ni siquiera reconoce a Biden como presidente electo sino como vice presidente (el cargo que ostentó durante la administración Obama).
“Agradezco el reconocimiento del arzobispo Gómez de que las políticas propuestas por el vicepresidente Biden son divergentes de la enseñanza católica de manera significativa”, ha dicho el prelado. “Sigue siendo preocupante que la Conferencia Episcopal de Estados Unidos trate la elección –del aborto– como certificada, cuando no lo está y sigue siendo una fuente de división”.