El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y sus socios eclesiales, adscritos en el Programa de Centralidad de la Niñez, han expresado su voluntad de unir esfuerzos mediante el trabajo en red con el fin de “promover ambientes seguros y tiernamente protegidos para nuestros niños, niñas y adolescentes” en el marco de la celebración del Día Internacional del Niño este 20 de noviembre.
En un comunicado, también suscrito por la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos (CLAR), la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC), Cáritas Latinoamérica, Federación Internacional Fe y Alegría, World Vision América Latina y el Movimiento con la Niñez y la Juventud, han invitado a todos sus aliados sociales, gubernamentales y eclesiales “a generar estos espacios de diálogo abierto, respetuoso y profundo que consoliden los esfuerzos de articulación”.
Han recordado el mensaje del papa Francisco, en septiembre de 2020 ante Naciones Unidas, en el que abordó las “devastadoras consecuencias de la crisis del Covid-19 en los niños” y “cómo la violencia contra los niños, incluido el horrible flagelo del abuso también han aumentado dramáticamente”, de tal modo harán esfuerzos en implementar “acciones de formación y de incidencia pública”.
Por ello han anunciado la reedición en el año 2021 de la caminata Huellas de Ternura, que por el contexto de la pandemia será virtual, y una serie de talleres de multiplicadores de ternura y buen trato en los 22 países de América Latina y el Caribe donde tienen presencia, porque “el objetivo es crear sinergias interinstitucionales, intencionadas y sostenibles que permitan generar espacios de reflexión-acción”.
Desde la CIEC y la Federación Internacional Fe y Alegría han ratificado su compromiso con el Pacto Educativo Global que promueve el Papa en aras de garantizar “acceso a educación de calidad, integrada al cuidado de la Casa Común”, por tanto “solo a través de la educación los pueblos logran salir de las cadenas de pobreza, dominio y exclusión”.
“Es propicio el momento para desmontar estereotipos, desanclar patrones históricos y des-institucionalizar la violencia como mecanismo de poder. Que cada Iglesia, que cada escuela, que cada familia sea un espacio de encuentro solidario, de reconocimiento, de tolerancia, de respeto, de ternura y de buen trato”, finalizaron.
Foto: Unicef