Los religiosos y religiosas de todo el mundo aceptan la invitación del papa Francisco a ser “parte esencial del Pacto Educativo Global”. La Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) y la Unión de Superiores Generales (USG) recogen el guante lanzado por el Pontífice y se comprometen a ayudarle a “centrar, acoger e implicar” su propuesta para una educación integral.
El pasado 12 de noviembre, el Papa, a través de una carta al superior general de los Escolapios, el español Pedro Aguado, reconocía que “la Vida Consagrada ha estado siempre a la vanguardia de la educación” y les pedía “ser parte esencial del pacto educativo”. Dicho y hecho. Los religiosos muestran su decisión de reconstruir el pacto, como han expresado en un comunicado conjunto.
“Las congregaciones religiosas sueñan con una educación abierta, inclusiva, integral, para dar valor, sobre todo, a la persona, su dignidad, sus derechos, su especificidad y belleza, que crece gracias a relaciones sanas y libres con los demás”, insisten en el mismo comunicado.
Asimismo, recogen palabras de Aguado en las que reconoce que la Vida Religiosa cuenta con “la fuerza que nos da la experiencia”. “Nuestros sueños de futuro, de una escuela para un mundo que no queremos igual, convergen. Las ‘nuevas normalidades’ no pueden reproducir viejas injusticias que dejen a alguien por el camino. Niños y jóvenes nos llamaron a la oración y a cuidar la casa que compartimos, porque ‘no hay un planeta B’”, agrega.
El compromiso de la Vida religiosa para la Educación y el Pacto Educativo Global en los próximos años será crear una alianza global con niños, jóvenes, familias, profesores y personas del contexto social para compartir un sueño común: educar. “Educar es cuidar a la persona en lo que es y vive y abrirla a todo un mundo de posibilidades, capacidades y sueños que construyen la Aldea humana, basada sobre la fraternidad y sustentabilidad”, concluyen.