Eugenio Arellano, obispo de Esmeraldas, Cáritas y la Red Nacional de Pastoral Ecológica (RENAPE) han expresado su indignación tras el derrumbe de una mina del sector Los Ajos, en la parroquia Urbina, cantón San Lorenzo, norte de la provincia de Esmeraldas, que dejó un saldo de cinco personas fallecidas y dos desaparecidos.
“Los hechos sucedidos son muy graves, más aún, cuando existen medidas cautelares vigentes desde el año 2011 y ampliadas en el año 2018, que prohíben toda actividad minera en la zona norte de Esmeraldas, sea ésta legal o ilegal”, han dicho.
Han lamentado que en Ecuador “el papel aguanta todo”, por tanto “los hechos recientes han demostrado ante la opinión pública local, nacional e internacional que las actividades mineras siguen actuando con impunidad”.
Además han exhortado a las autoridades a poner “mano dura a esta actividad y realicen trabajos permanentes de control” incluso han exigido al gobierno “parar toda actividad minera en la zona, y la inmediata remediación ambiental por todos los daños causados por la actividad minera legal e ilegal y la reparación social a los pobladores”.
De hecho han constatado con pobladores de la zona que la actividad minera se desarrolló “con mayor agresividad e intensidad” durante la pandemia “muchas veces con la complicidad de las autoridades”.
“Se conoce que los moradores del sector no denuncian abiertamente los destrozos ambientales por el temor a represalias en contra de sus vidas y las vidas de sus familiares. Nadie dice nada por temor, muchos pobladores han sido amenazados con armas de fuego, ya que, los frentes mineros están muy bien armados a lo largo de la zona norte de Esmeraldas”, denunciaron.
Foto: Red de Iglesias y Minería