Este mes han finalizado las obras de restauración de la iglesia de Sant Andreu de Palomar, situada en la plaza Orfila del barrio de Sant Andreu de Barcelona. Estas se han centrado en la rehabilitación y consolidación de la cúpula y la linterna de este edificio característico del paisaje de Sant Andreu, según informa la diócesis en un comunicado.
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La actuación ha sido promovida por el Arzobispado de Barcelona y la parroquia de Sant Andreu de Palomar; el Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña y el Incasòl, en el marco del programa del 1% Cultural, y el Ayuntamiento de Barcelona, a través del Instituto Municipal del Paisaje Urbano y la Calidad de Vida. Las obras han supuesto una inversión total de 1.101.966,00 euros, incluyendo las inversiones llevadas a cabo en los últimos años en concepto de medidas de seguridad y protección. Un 39,57% ha sido aportado por el Arzobispado de Barcelona y la parroquia de la iglesia y el resto, el 60,43%, a partes iguales, por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Cataluña.
Las obras de restauración, basadas en el proyecto de Bis Arquitectos y dirigidas por el arquitecto Josep Esteve, junto con el aparejador Francisco Belart (DEO y CQ) y la aparejadora Elvira Altadill (SS), han sido ejecutadas por la empresa Recop Restauraciones Arquitectónicas SL. Se han centrado en la cúpula, la linterna y la estructura que la soporta. Estos elementos presentaban lesiones, envejecimiento y desgaste de los materiales al tratarse de los elementos más expuestos del edificio a las inclemencias climáticas como el viento, el agua y especialmente los cambios de temperatura y la radiación del sol.
Las piezas rojizas del casquete de la cúpula se han colocado todas nuevas. Aunque la previsión era conservarlas haciendo un cosido de las grietas, fue inviable porque la degradación era demasiado importante y, además, estaban cogidas con mortero de cemento. En cuanto a las piezas cerámicas de los 8 nervios, se han podido recuperar y consolidar, excepto las piezas de uno de los nervios que estaban caídas que se han restituido con pieza cerámica nueva, siguiendo el criterio de restauración avalado por el Departamento de Cultura. Además, se han podido restaurar las vidrieras originales de la linterna, y se ha restaurado y reforzado la cruz original de la parte superior de la cúpula.
Para poder ejecutar estas intervenciones han tenido que montar 2.000 m2 de andamios con una altura máxima de 66 m con una marquesina exterior. Las obras han tenido una duración de 12 meses sin contar el tiempo de paralización por la pandemia de la Covid-19.
Sant Andreu de Palomar, patrimonio protegido
La iglesia de Sant Andreu de Palomar está protegida urbanísticamente, con el nivel de protección C, por el Catálogo de Patrimonio Arquitectónico de Barcelona. Es de planta de cruz latina, de tres naves y con una gran cúpula sobre el crucero, terminada con un cupulín o linterna. La fachada, concebida monumentalmente con un lenguaje ecléctico con influencias historicistas, destaca por su solución de gran portal, que incluye el rosetón, y por la potente torre que el flanquea. Toda ella está resuelta con piedra de Montjuïc, salvo la torre, realizada en obra de ladrillo a cara vista.
La iglesia actual se inició en 1850, probablemente sobre restos de una anterior de origen románico. Posteriormente, en la década de los años 70, toma la dirección de las obras del arquitecto Pere Falqués y Urpi, que construyó las naves y la cúpula. En 1882 la cúpula se derrumbó. A partir de ahí, toma la dirección de las obras y la reconstrucción de la cúpula del arquitecto Josep Domènech i Jara, haciéndola doble y añadiendo una linterna. También, será quien proyectará la fachada actual que, en un principio, se resolvía simétricamente con dos torres.
Durante los hechos de la Semana Trágica (1909), su interior fue quemado totalmente, y se rehizo posteriormente. En la década de los años 1960 se decoró interiormente con pinturas al fresco, obra del pintor local J. Verdaguer. A raíz de las obras de construcción del ferrocarril Metropolitano (1965-67) se produjeron nuevos asentamientos en el edificio que provocaron importantes lesiones. En 1984-85 se realizaron una operación de consolidación, bajo la dirección del arquitecto David Barrera Viladot.