El Gobierno ya tiene el borrador con sus propuestas de restricciones sanitarias para celebrar la Navidad. La principal novedad del documento, titulado ‘Propuesta de medidas de salud pública frente al Covid-19 para la celebración de las fiestas navideñas’, es que se limitan a seis personas las cenas y comidas familiares. Pero más allá de este inconveniente para las familias, ¿cómo afecta la normativa a la Iglesia.
“Las ceremonias religiosas en espacios cerrados seguirán las normas de aforo establecidas en ese momento en cada comunidad autónoma, siempre que se pueda mantener la distancia de seguridad. Durante la celebración del acto religioso se recomienda no cantar y usar música pregrabada. La celebración de eventos religiosos como la Misa del Gallo se podrá realizar siempre que no interfiera con la limitación horaria de la movilidad nocturna. Se podrán ofrecer como alternativa servicios telemáticos o por televisión”, así reza el punto 10 –’Celebraciones religiosas’– de las 16 medidas que se pretenden implementar.
Esto es, la Misa del Gallo 2020, tradicionalmente celebrada a las 00:00 horas –aunque hay otros horarios el mismo día–, deberá adelantarse o acortarse, ya que el toque de queda se establece desde las 01:00 a las 06:00 horas el 24 y 31 de diciembre, siendo el resto de días a las 00:00 horas, o la hora que ya estima cada comunidad autónoma. Además, se prohibe cantar para no favorecer los contagios, incidiendo en la posibilidad de oír la misa por televisión, como se hizo durante el confinamiento. En esta ocasión, una vez más, el Gobierno limita el culto sin afectar el ejercicio privado e individual de la libertad religiosa, como ya recordaba el último Real Decreto del estado de alarma –aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 25 de octubre–, que aportaba esta novedad en relación al decreto de marzo.
“Debemos planificar unas Navidades diferentes sin quitarles el alma y el espíritu que las hace una de las fiestas más apreciadas por la ciudadanía”, apunta el Ministerio de Sanidad en su argumentación. Pues, “es de especial importancia que se planifiquen y comuniquen con antelación suficiente las medidas relacionadas con celebraciones populares, con una especial carga emocional y cultural para la población, de manera que se pueda adaptar e integrar las indicaciones”, explican.
Por eso, el equipo de Salvador Illa insiste en que “este año debemos modificar ciertas costumbres para garantizar la seguridad y el control de la pandemia con el menor impacto en el desarrollo de las fiestas”.
Por otro lado, en cuanto a las ‘Medidas en relación a eventos navideños’, recogidas en el punto 7, se establece que “eventos como la cabalgata de Reyes y otro tipo de eventos que transcurren en las fiestas navideñas suponen situaciones de elevado riesgo de transmisión por la elevada cantidad de asistentes, la intensidad del contacto y dificultad para mitigar los riesgos asociados. Por lo tanto, se recomienda la no celebración de este tipo de eventos. En cualquier caso, los eventos multitudinarios deben ser valorados de forma individualizada por las autoridades de salud pública”.
Asimismo, “se recomienda que si se realizan cabalgatas, se planteen alternativas que garanticen el cumplimiento de las normas de higiene y prevención. Un ejemplo serían las cabalgatas estáticas con ubicaciones en lugares donde se pueda controlar el acceso o retransmisiones de eventos navideños por televisión”, agrega el documento adelantado hoy por El Mundo.
Mientras, “otro tipo de eventos realizados en plazas o lugares concretos como visitas a instalaciones de portales de Belén o conciertos navideños, donde se pueda controlar el acceso y la distancia interpersonal durante el evento, podrán mantenerse respetando un aforo del 50%”.